Turbas islamistas queman en Siria las embajadas de 4 países occidentales

Las protestas en los países musulmanes por la publicación en medios europeos de unas caricaturas del profeta Mahoma han experimentado en las últimas horas una nueva escalada de tensión, acompañada de una mayor radicalización, con la quema de embajadas en la capital siria. En Damasco, tras el rumor de que en Copenhague se habían quemado ejemplares del Corán en manifestaciones, centenares de manifestantes sirios penetraron e incendiaron los edificios que albergan las embajadas de Dinamarca y Noruega, los dos países europeos que publicaron por primera vez las viñetas. Además, las sedes diplomáticas de Suecia y de Chile, ubicadas en el mismo edificio que la danesa, resultaron incendiadas. Un grupo de más de un centenar de manifestantes penetró en el edificio de la embajada danesa y destrozó el material informático y prendió fuego a las enseñas nacionales de los países para sustituirlas por emblemas religiosos. Tras incendiar la legación danesa hicieron lo mismo con la Noruega, e intentaron dirigirse a la de EE.UU., pero esta sede diplomática, según los testigos, estaba tomada por los cuerpos antidisturbios de la policía siria que impidieron el acceso. También la francesa se salvó, porque los antidisturbios lanzaron gases para disuadir a los manifestantes. «Todas las embajadas occidentales deben arder porque son de los cruzados», gritaban los congregados. Las autoridades danesas y noruegas han pedido a sus ciudadanos que abandonen Siria inmediatamente. La protesta de ayer en Damasco ha sido la más violenta de las registradas hasta ahora en países musulmanes, aunque los ataques contra las embajadas de Dinamarca o sedes de la Unión Europea se produjeron ya en días anteriores, en Yakarta y en Gaza. El primer ministro danés, Anders Fogh Rasmussen, se reunió con los embajadores de los países árabes en Copenhague, pero se mantiene en su postura de que no puede pedir disculpas por lo que haga un medio de comunicación «libre e indepen-diente». Entretanto, Dinamarca no logra conciliar la calma. Los esfuerzos del Gobierno por mantener la tranquilidad en el interior del país y desplegar los recursos diplomáticos para solucionar uno de sus mayores conflictos internacionales de la historia reciente se han visto superados por las tensiones. El ministro de Exteriores danés, Per Stig Möller, acusó a las autoridades sirias de actuar con pasividad ante los ataques en las embajadas nórdicas en Damasco. «Es absolutamente inaceptable lo que ha ocurrido», señaló tras advertir que ordenará al embajador danés que abandone el país si no recibe unas explicaciones sa-tisfactorias del Gobierno sirio. La ministra de Exteriores sueca también se sumó a la condena del atentado y solicitó responsabilidades al Gobierno de Damasco. Algunos medios europeos siguieron ayer con la publicación de las caricaturas en solidaridad con el diario danés. La policía danesa detuvo ayer a más de 160 personas en Hilleroed, al norte de Copenhague, donde coincidieron una concentración de un grupo de ultraderecha y dos contramanifestaciones de izquierda y de jóvenes de origen islámico que protestaban por las caricaturas. Los incidentes continuaron con destrozos por las calles de Copenhague.