Un violento choque deja varios muertosen Herat, donde opera la base española

Al menos cuatro personas murieron ayer y medio centenar resultaron heridas a causa de unos graves enfrentamientos entre suníes y chiítas registrados en Herat (oeste de Afganistán), donde se encuentra la base de las tropas españolas. Fuentes policiales dijeron que los soldados de la Otan desplazados en esa ciudad, entre ellos españoles e italianos, no intervinieron en los disturbios, ocurridos durante la festividad de Ashura, una de las más importantes para la comunidad chiíta, minoría en Afganistán. En Herat están desplazados unos 300 militares españoles, que no recibieron ninguna petición de las autoridades afganas para intervenir con el objetivo de detener los enfrentamientos, según señaló en Italia el ministro español de Defensa, José Bono. En el mismo sentido, fuentes policiales en Herat declararon ayer que los militares de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (Isaf) de Afganistán, bajo mando de la Otan, «no se vieron implicados en los enfrentamientos». Como había ocurrido horas antes en el vecino Pakistán, las comunidades chiíta y suní de Herat hicieron estallar su odio durante una festividad que recuerda la muerte del Iman Husein, nieto del profeta Mahoma, venerado por la comunidad musulmana minoritaria en Afganistán. Durante horas se desarrollaron graves enfrentamientos entre ambas comunidades, en los que se escucharon tiros, se lanzaron granadas de mano y se prendió fuego a varias mezquitas y a vehículos estacionados. Algunos testigos señalaron a varios medios de comunicación que las fuerzas de seguridad dispararon al aire para acabar con los disturbios, pero este extremo no fue confirmado por fuentes policiales. La policía indicó que cuatro personas fallecieron en los disturbios como consecuencia de la lucha entre ambas comunidades musulmanas, que implicó ataques a un campo de refugiados de pasadas guerras. Burlas hacia los chiítas La lucha comenzó al parecer cuando los suníes comenzaron a reirse de los chiítas cuando éstos se flagelaban por la calle (el rito que se repite cada año por Ashura) y pronto la violencia se extendió a toda la ciudad. Las fuentes policiales indicaron que, después de varias horas de tensión, la situación entró en calma, aunque muchas tiendas permanecieron cerradas en la ciudad y las fuerzas de seguridad continuaron en estado de alerta. A diferencia de lo que ocurre en el vecino país de Pakistán, los enfrentamientos entre ambas comunidades musulmanas no son frecuentes en Afganistán, donde un 80% de la población es suní, entre ellos la mayoría de los rebeldes talibanes. En el norte de Pakistán, al menos 22 personas murieron ayer y otras 52 resultaron heridas en un supuesto atentado suicida durante la procesión de los chiítas, que se achacó a la rivalidad religiosa con los suníes. En los últimos días se han registrado graves disturbios en Afganistán para protestar por las polémicas caricaturas de Mahoma publicadas en la prensa europea, que han causado al menos doce muertos. Según fuentes policiales, los disturbios registrados ayer en Herat no han tenido relación alguna con las concentraciones contra las viñetas de Mahoma, consideradas «blasfemas» por el Gobierno de Afganistán. Tras los ataques registrados desde el comienzo de esta semana, la situación regresó ayer a la calma en Kabul, donde este martes grupos de enfurecidos afganos lanzaron piedras contra la embajada danesa y la sede del Banco Mundial, entre otras instituciones.