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La Casa Blanca advierte al Congreso de que no bloquee la cesión de puertos a Dubai

Publicado por
Óscar Santamaría corresponsal | nueva york
León

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Un día después de amenazar con usar su poder de veto en el último pulso con el Capitolio, el presidente George W. Bush intentó distanciarse de la polémica por el traspaso de la gestión de seis puertos estadounidenses a una compañía de los Emiratos Árabes Unidos. Con esta estrategia busca calmar la revolución surgida en el seno de su propio partido, que ya se prepara para las elecciones legislativas de noviembre tomando por su cuenta cada batalla al margen de los dictados de una Administración sin posibilidad de reelección. La controversia sobre la operación comercial respaldada por el Gobierno de Bush por la que Dubai Ports World, con sede en Emiratos Árabes Unidos, pasará a controlar los puertos de Nueva York, Nueva Jersey, Baltimore, Nueva Orleans, Miami y Filadelfia, ha subido de tono en los últimos días. Tanto, que el presidente pasó a la acción y amenazó el martes con vetar cualquier intento para bloquear dicha operación. Esta era la contundente respuesta del tejano al revuelo suscitado en el Capitolio y que se contagiaba horas antes al Partido Republicano. Su líder en el Senado, Bill Frist, se unía a las críticas demócratas y pedía que la Administración revisara con más detalle la compra de la británica P&O por la firma de Dubai. Mientras tanto, debería suspenderla. Si no lo hace, el senador prometió presentar una propuesta de ley para conseguirlo. De esta forma se sumaba a los congresistas y senadores de ambos partidos que piden al Gobierno congelar el acuerdo al considerar que el control de dichos puertos por una empresa extranjera, en especial de Emiratos Árabes Unidos, desde donde se financió y coordinaron los atentados del 11-S, pondría en peligro la seguridad nacional.