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El Pentágono pone nombre a los presos de Guantánamo

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colpisa | washington

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El Pentágono reveló por fin la identidad de algunos de los casi 500 presos de la base estadounidense de Guantánamo, Cuba, detenidos en secreto durante cuatro años, arrestados en rutas de la Yihad, cerca de un campo de entrenamiento de Al Qaida o en Tora Bora, en Afganistán. Muchos son afganos, algunos vienen de Yemen, otros de territorios palestinos, o de Marruecos, Túnez o Arabia Saudí, y hay al menos un francés. Algunos pasaron un tiempo en Milán y otros en Londres. Y la mayoría niegan haber tenido ningún vínculo con los talibán o haberse relacionado con Al Qaida antes de los atentados del 11 de septiembre de 2001. El Pentágono no publicó una lista precisa con los nombres y las nacionalidades, pero puso el viernes en su sitio de internet 317 actas de interrogatorios -5.000 páginas-, en las que las identidades no siempre se deducen de manera evidente, y que seguramente le tomarán varias semanas de estudio a los especialistas de la lucha antiterrorista o del islam. Los documentos intentan reconstruir los movimientos de los presos entre Europa, África del Norte, la península arábiga y Afganistán. Los interrogatorios tenían la finalidad de determinar si los detenidos podían ser liberados, sea porque no representaran peligro o por motivos médicos. La lectura de estas actas repentinamente le da vida a las anónimas siluetas vestidas de naranja de la base de Guantánamo. Testimonios A lo largo de estas páginas se descubre que el detenido Msihal Awad Sayaf Alhabri, cuya nacionalidad no se precisa, quedó con «un daño cerebral grave por falta de oxígeno» luego de intentar suicidarse el 16 de enero de 2003. El tunecino Adel ou Abdul dice haber sido traficante de drogas en Italia entre 1991 y 1995 y asegura que no es un «fanático del Islam», pero reconoce haber frecuentado el campo de entrenamiento de Durante en Afganistán, explotado por el «partido islámico». Algunos niegan de lleno todo por cual están detenidos. Como Ben Moujan, quien según las actas «aprendió» en Afganistán «a mantener y utilizar un AK-47», pero «jamás participó en un entrenamiento en un campo terrorista».

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