El entierro del ex dirigente hace tambalear al Gobierno de Serbia
«Hasta en la muerte divide a los serbios» señala el prestigioso diario de Belgrado Politika al analizar la situación tras el fallecimineto de Milosevic. De hecho, Serbia está dividida en dos bandos claramente diferenciados en la cuestión sobre cómo debería ser enterrado el ex hombre fuerte del país. Los socialistas de Milosevic y la oposición de los ultranacionalistas del Partido Radical exigen una tumba distinguida y un funeral de Estado con todos los honores. Por otra parte, la mayoría de partidos democráticos quieren mantener fuera al Estado y que el entierro sea un asunto estrictamente privado. Y todavía más. Los socialistas amenazan con hacer caer al Gobierno en caso de que no se cumplan sus exigencias. Sus votos son necesarios para que siga funcionando el Gobierno en minoría del conservador nacionalista Vojislav Kostunica, que hasta la fecha no se ha pronunciado públicamente sobre el tema.Pero entre bambalinas no para de sonar el teléfono entre el Gobierno y los socialistas para intentar llegar a un acuerdo. Lo más difícil parece ser el levantamiento de la orden internacional de captura contra la esposa de Milosevic, Mirjana Markovic, para que pueda asistir al entierro en Belgrado, puesto que las autoridades judiciales no quieren situarse cerca de la prevaricación.