Bush reitera su apuesta por la guerra preventiva y apunta contra Irán

George W. Bush parece haber olvidado las lecciones aprendidas tras la invasión de Irak. Ahora, a tres días de que se cumpla el tercer aniversario del inicio de la contienda, el presidente de Estados Unidos sigue todavía defendiendo la doctrina de «guerra preventiva» como principal herramienta para proteger a su país de las amenazas actuales, con Irán en el primer lugar de la lista. Así lo recoge un informe de 49 páginas en el que el gobierno dibuja las líneas principales de su «Estrategia de Seguridad Nacional», en su primera revisión desde que fue fijada en el año 2002, meses después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra las torres gemelas de Nueva York. El documento presentado ayer puntualiza que la diplomacia es la primera preferencia de la Casa Blanca para frenar las amenazas terroristas y nucleares en el mundo. Pero acto seguido añade que «si es necesario, y bajo el viejo principio de la defensa propia, no excluímos el uso de la fuerza antes de que ocurra un ataque, incluso si no está claro el tiempo y el lugar en el que el enemigo atacará». Según se desprende de sus palabras, Bush no ha cambiado de idea, a pesar de que se ha demostrado que las principales razones para invadir Irak -que tenía armas de destrucción masiva y que existía un vínculo entre Sadam Huseín y Osama Bin Laden- eran falsas, algo que ha reconocido el propio gobierno estadounidense. «Cuando las consecuencias de un ataque con armas de destrucción masiva son en potencia tan devastadores, no nos podemos permitir estar de brazos cruzados... el papel de las acciones preventivas sigue siendo el mismo en nuestra estrategia de seguridad nacional», escribe Bush en el reporte y añade que llegado el caso «las razones de nuestras acciones serán claras, la fuerza adecuada y la causa justa». Dicho esto, en otro de sus capítulos señala a Irán como el «mayor desafío» actual de Estados Unidos. Tras repetir las mismas acusaciones -que da cobijo a grupos terroristas, que busca la destrucción de Israel y que quiere dotarse de armas nucleares-, el informe concluye que «los esfuerzos diplomáticos deben tener éxito si se quiere evitar una confrontación». «El régimen de Irán debe cambiar su política. Mientras tanto, seguiremos tomando todas las medidas necesarias para proteger nuestra seguridad nacional y económica contra los efectos adversos de su mala conducta», añade. Bush tampoco se olvida de Corea del Norte, a la que critica por sus programas nucleares, ni de Siria o Venezuela, a los que considera factores de riesgo para la desestabilización de sus respectivas regiones. Ni de las tiranías de Cuba, Bielorrusia, Birmania y Zimbabue.