Chirac pide un diálogo urgente para acabar con la revuelta estudiantil

Francia vivió ayer una jornada de reflexión entre el balance de los daños provocados por los enfrentamientos del jueves -110 heridos y 300 detenidos- y la preparación de las grandes manifestaciones convocadas para hoy por los estudiantes contra el Contrato de Primer Empleo (CPE), en esta ocasión con el apoyo de centrales sindicales y partidos de izquierdas. Y mientras quedaban en evidencia las primeras fisuras en la unidad gubernamental, el presidente de la República volvió a reclamar diálogo. Jacques Chirac volvió a pedir que se inicien conversaciones y esta vez añadió: "lo antes posible". Apoyó nuevamente el CPE, "un elemento importante en la lucha contra el paro", pero no extendió explícitamente su respaldo al primer ministro Dominique de Villepin como en las dos ocasiones anteriores. Fue una declaración sorpresa durante un acto protocolario, que aprovechó para llamar a "la responsabilidad de cada uno" en vísperas de la gran movilización prevista para hoy. A pesar de la urgencia requerida por el jefe del Estado, Villepin no negociará hasta comprobar el alcance de la protesta en la calle. Los sondeos indican que 7 de cada 10 franceses quieren que retire la nueva modalidad de contratos. Esta convocatoria está considerada de menor riesgo que la del jueves por la participación de las organizaciones sindicales que dificultarán la actuación de los agitadores. El ministro del Interior, Nicolás Sarkozy atribuyó a "la extrema izquierda, la extrema derecha, los hoolligans y los gamberros de un determinado número de barrios" los  violentos incidentes que se desarrollaron al término de la manifestación de los estudiantes en la plaza de Sèvres-Babylone y en la Sorbona. Anoche 46 rectores de las 84 universidades del país pidieron al primer ministro un gesto "fuerte" para desbloquear una situación que amenaza con la pérdida del curso a miles de universitarios.