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León

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George W. Bush negó ayer que Irak esté viviendo una guerra civil y señaló que, precisamente, el trabajo de las tropas estadounidenses es evitarla. En su segunda rueda de prensa del año desde la Casa Blanca, rechazaba así el diagnóstico realizado días atrás por el ex primer ministro iraquí Ayad Alaui. «Todos reconocemos que hay violencia sectaria, pero creo que son los ira-quíes los que han decidido no caer en una guerra civil», señaló el republicano. Una opinión que constrata con los cuatro de cada cinco americanos que considera-ron en un sondeo reciente que la guerra civil llegará tarde o temprano. Bush no aportó nada nuevo en su discurso, limitándose a defender con los mismo argumentos que han llevado su popularidad a mínimos récords la invasión del país árabe y su presencia allí. «Soy optimista respecto a que ganaremos. Si no lo fuera, retiraría las tropas». En este punto, indicó que la completa salida de las tropas será decidido «por futuros presidentes», es decir, más allá del 2009. Sobre Irán, dijo que «podría chantajear al mundo con sus armas nucleares», algo que Estados Unidos, reiteró, no va a tolerar. Ataque Mientras, en Irak tuvo lugar ayer uno de los mayores ataques contra fuerzas iraquíes. Entre 100 y 150 insurgentes atacaron el cuartel central de policía y otro edificio estatal de Mukdadiya, a 80 kilómetros de Bagdad, matando al menos a 22 personas, en su mayoría agentes, además de liberar a 33 presos supuestamente implicación en acciones de terrorismo.