Entre los retenidos se encuentra el hijo del líder Milinkiévich
La policía bielorrusa aplasta las protestas con detencionesmasivas
La UE decide imponer sanciones contra el régimen de Lukashenko por fraude electoral
El presidente bielorruso, Alexánder Lukashenko, considerado el último dictador de Europa, mostró ayer la verdadera cara de su represivo régimen. La proclamación oficial de su victoria en los fraudulentos comicios presidenciales del pasado domingo, era el argumento que necesitaba para aplastar las protestas. La céntrica plaza de Octubre de la capital bielorrusa, ocupada permanentemente por activistas de la oposición desde la noche del día 19, fue desalojada por la fuerza. La práctica totalidad de las personas concentradas en la plaza, unas 300, han sido detenidas y puestas a disposición judicial. Era la quinta noche que pasaban en la Plaza de Octubre, protegidos del frío sólo por las lonas de sus tiendas de campaña. Hacia las tres de la madrugada hora local aparecieron una decena de furgones y un dispositivo de fuerzas antidisturbios de unos mil agentes. Mediante un altavoz, el coronel de la Policía, Yuri Podobed, al mando de la operación, instó a los periodistas que se encontraban por allí a retirarse inmediatamente del sitio «en beneficio de su propia seguridad», advirtió. Los antidisturbios rodearon a los manifestantes y los fueron apresando uno a uno para después conducirlos a los coches celulares. En cuestión de quince minutos, la plaza quedó prácticamente desierta. Los menores de edad fueron puestos pronto en libertad, pero, según el líder de la oposición, Alexánder Milinkiévich, permanecen todavía bajo arresto unas 200 personas. «Es inaceptable que esto ocurra en un país europeo», comentó Milinkiévich a las puertas de la cárcel. El dirigente opositor intentó sin éxito lograr la puesta en libertad de sus partidarios, entre quienes se encuentra su hijo Igor, de 20 años. De acuerdo con un comunicado dado ayer a conocer, la UE se propone imponer, en coordinación con EE.UU., «medidas restrictivas contra los responsables, en el plano político y administrativo, de violar las normas electorales internacionales». Se trata, no de aplicar sanciones contra Bielorrusia en su conjunto, sino solamente contra algunos de sus dirigentes, Lukashenko en primer lugar.