Bielorrusia mantiene silencio sobre la suerte del líder opositor
Las autoridades bielorrusas mantienen su silencio sobre la suerte de Alexandre Kozulin, uno de los líderes de la oposición y ex candidato a las presidenciales del pasado 19 de marzo, detenido el sábado tras los enfrentamientos entre policías y manifestantes en Minsk. «Lo busqué durante toda la noche. Llamé al ministerio del Interior, a la Fiscalía, a todas las instituciones posibles, pero nadie me dijo dónde está», declaró Irina Kozulina, esposa del ex rector de la Universidad de Minsk, actualmente jefe del opositor Partido Socialdemócrata Gramada. «No sabemos dónde está Kozulin. No estamos autorizados a dar información» sobre él, respondió un responsable de la Fiscalía bielorrusa. Kozulin fue detenido el sábado por la noche, al término de una manifestación convocada por la oposición al presidente Alexandre Lukachenko, que congregó en la capital bielorrusa a 7.000 personas y que acabó en enfrentamientos con la policía. Al término de la marcha, el ex rector instó a los manifestantes a dirigirse a la prisión donde se encuentran detenidos centenares de militantes de la oposición y, en ese momento, varias unidades antidisturbios se lanzaron contra él y lo obligaron a subir a un furgón policial. La presidencia de turno austríaca de la Unión Europea criticó el recurso a la violencia por parte de las autoridades de Minsk contra los opositores, así como el arresto de Kozulin. Mientras, en medio de violentos enfrentamientos con la policía, la oposición bielorrusa anunció la creación de un amplio movimiento para «acabar con la dictadura» del actual jefe de Estado, Alexandr Lukashenko, ya antes de que expire su mandato de cinco años. A diferencia del resto del mundo, en Bielorrusia nadie duda, ni siquiera los líderes opositores, de que el domingo pasado Lukashenko ganó las elecciones, al igual que ni los votantes del presidente se creen ese 83 por ciento que le dieron los datos oficiales. Oleg Mináyev, dirigente del instituto sociológico que Lukashenko se cuidó en cerrar mucho antes de los comicios, calcula el apoyo popular del presidente en un 53 por ciento.