En Borena no ha habido lluvias abundantes desde hace cinco años
Una grave sequía amenaza a la población en el sur de Etiopía
A lo largo del camino que lleva hasta el cráter del volcán extinguido de Goraye, en el sur etíope, esqueletos de vacas y cabras recubren el suelo. En un último esfuerzo, los animales murieron cerca de uno de los contados puntos de agua de la región, afectada por una grave sequía. «Es una verdadera hecatombe», deplora Diide Tadi, director para Sanidad del distrito de Dire, uno de los más afectados por la sequía que golpea a la zona Borena del sur de Etiopía. «Ni contamos ya las cabezas de ganado que perdimos en las últimas semanas», declara. Según él, al menos 10.000 bestias murieron estos dos últimos meses en el distrito. donde viven unos 95.000 ganaderos. El distrito de Dire, a más de 500 kilómetros de la capital, Addis Abeba, está muy afectado por la sequía que priva casi totalmente de acceso al agua a 1,5 millones de etíopes en el este y sur del país desde enero. Esta región no ha tenido lluvias abundantes desde hace cinco años. Muchos de los pozos tradicionales cavados a mano y las cisternas subterráneas están secos y sólo las perforaciones motorizadas suministran agua. Unas 250.000 personas -de los 900.000 habitantes de la zona de Borena, en la región Oromo- dependen ahora de la ayuda humanitaria para sobrevivir. La ONU estima que esta cifra se va a duplicar de aquí a abril. En la cumbre del cráter, a la salida de la localidad de Goraye (a 600 kilómetros al sur de Addis Abeba, un agujero acaba de ser reparado por la Unicef, el fondo de la ONU para la Infancia, para alimentar a unas 5.000 personas. Este es el único punto de agua en kilómetros y atrae a ganaderos que vienen hasta de Kenia, que se encuentra a 100 kilómetros. Cerca del pozo, la organización no gubernamental internacional (ONG) Care construyó un matadero. Desde hace dos semanas, esta ONG compra vacas, cabras y camellos condenados a morir y redistribuye luego la carne en la comunidad.