El país árabe rechaza la exigencia e insiste en el carácter pacífico de su programa nuclear
Ultimátum de la ONU a Irán para que en 30 días deje de enriquecer uranio
Las grandes potencias lanzan desde Berlín una señal de unidad para hacer ceder a Teherán
Los ministros de Exteriores de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU más Alemania apremiaron ayer nuevamente a Irán a que cumpla las condiciones necesarias para poder volver a las negociaciones suspendiendo toda actividad nuclear. El principal objetivo de la reunión, celebrada en Berlín, fue lanzar una señal de unidad de la comunidad internacional con la esperanza de que sea esta cohesión la que haga ceder al gobierno de Teherán. Pero Irán se negó ya ayer a acatar las exigencias del Consejo. «La decisión de Irán sobre el enriquecimiento, en particular en los sectores de la investigación y el desarrollo, es irreversible», declaró en Ginebra el embajador iraní ante el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Alíasghar Soltanieh. Obtener la unidad internacional costó tres semanas de arduas negociaciones en el Consejo de Seguridad de la ONU, sobre todo por la resistencia de Rusia y China, a aceptar un texto que fuera demasiado duro. Moscú y Pekín insistían, básicamente, en tres cosas: a) sería una «declaración presidencial» (de la presidencia rotatoria, ahora argentina) del Consejo, no una resolución, aún muy lejana; b) volvería a dar un protagonismo a la Agencia, es decir, privilegiaría la dimensión técnica, no política; c) excluiría toda referencia a pretendidas «amenazas iraníes a la paz y la seguridad internacionales». Finalmente, los cinco miembros permanentes lograron consensuar el miércoles la llamada declaración presidencial, en la que se exige a Irán que suspenda las actividades nucleares en el plazo de 30 días y permita verificar su programa nuclear, pero sin llegar a amenazar con sanciones. Negociación y no confrontación La secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice, apremió a Irán a volver al «correcto camino de la negociación y no a la confrontación». Por su parte, el titular alemán de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, advirtió a Teherán de que de su decisión respecto al programa atómico dependía su regreso a la vía de la cooperación. Tras recalcar que ahora la pelota está en el campo de Irán, nadie abordó las reacciones que ya se han producido de ese gobierno, cuyo ministro de Exteriores, Manouchehr Mottaki, afirmó que su Gobierno está abierto a «cualquier proposición que reconozca el derecho de Irán a tener acceso a la tecnología nuclear con fines pacíficos».