Miles de evacuados en Rumanía al romperse undique del Danubio
Unas 3.000 personas fueron evacuadas ayer de nuevo de la localidad de Rast, en el curso inferior del Danubio, después de que se rompiera un dique de resistencia por la presión del agua. El río alcanzó un caudal histórico de 15.800 metros cúbicos por segundo, cifra que se registró por última vez hace 111 años. Las autoridades indicaron que 600 casas están afectadas y que de ellas 120 se derrumbaron, mientras las aguas siguen creciendo por las calles hasta alcanzar los tres metros de altura en las zonas bajas. Otras 10.000 personas de las localidades próximas están en peligro y esperan preparadas con sus bienes para refugiarse ante las aguas del Danubio, mientras los niños y los ancianos se hospedan en casas de parientes o fueron trasladados a hospitales. Los técnicos abrieron el domingo dos brechas controladas en los diques en distintos tramos para dirigir el agua hacia terrenos agrícolas despoblados, y que ayer al mediodía hicieron estallar otro dique próximo a la localidad de Roseti, en el sudeste de Rumanía. Con estas medidas se espera verter de forma controlada 2.000 millones de metros cúbicos de agua e inundar 92.000 hectáreas para salvar así las localidades situadas río abajo. Alerta en cinco distritos En unos 300 kilómetros del total de 1.075 que mide el curso del Danubio por el territorio de Rumanía ya se puede estimar que el peligro pasó, sin embargo la crecida avanza río abajo hacia el Mar Negro y la alerta sigue máxima en cinco distritos administrativos. Miles de militares, bomberos y voluntarios trabajan para alzar y reforzar los diques construidos para un caudal máximo de 14.000 metros cúbicos por segundo. La actividad portuaria y el tráfico naval a lo largo del río están muy restringidos, mientras que en el Delta del Danubio no circulan buques para no provocar olas. Las autoridades proclamaron el estado de alerta de segundo grado, lo que permite intervenir al ejército para salvar a la población, utilizar las reservas estatales de alimentos y combustibles, así como evacuar por la fuerza a las personas que se nieguen a abandonar sus casas ante las inundaciones. También continúan en peligro varias ciudades y pueblos de Bulgaria, donde la situación se ve agravada por el aumento del nivel de las aguas subterráneas y donde están sumergidas carreteras, vías férreas, terrenos de cultivo, puertos fluviales y calles.