Diario de León

El kamikaze, un joven de 21 años, detonó la bomba en un céntrico restaurante de la capital

Un atentado suicida palestino provoca diez muertos en Tel Aviv

Las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa y la Yihad Islámica asumen la autoría del ataque

Un hombre trata de hacer reaccionar a una de las víctimas del atentado en la capital israelí

Un hombre trata de hacer reaccionar a una de las víctimas del atentado en la capital israelí

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Eugenio García Gascón - jerusalén
León

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Las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, facción armada vinculada a Al Fatah, y el grupo radical Yihad Islámica se atribuyeron el atentado suicida que uno de sus milicianos cometió ayer en un restaurante de comida rápida del centro de Tel Aviv y que causó la muerte a nueve personas, además del suicida, y heridas a 65 personas de las que nueve se encontraban en estado grave. El kamikaze , Sami Salim Muhammad Hammed, era un joven de 21 años oriundo de un pequeño pueblo situado cerca de Yenin, al norte de la Cisjordania ocupada, que llegó al restaurante Rosh ha-Ir con una bolsa. Cuando el guardia de seguridad le pidió que la abriera para inspeccionarla, Hammed detonó la bomba. La explosión, ocurrida instantes después de la una y media de la tarde, fue muy potente y destruyó gran parte del restaurante, arrancó el cartel donde figuraba el nombre de la tienda y arrojó todo lo que halló a su paso hasta una distancia de 50 metros. Se da la circunstancia de que el mismo restaurante, situado en el área comercial de la antigua estación central de autobuses, fue objeto de un atentado similar el pasado 19 de enero, que también fue reivindicado por la Yihad Islámica, con el resultado de una treintena de heridos. El de ayer es el noveno atentado suicida que ocurre dentro de Israel desde que a principios de 2005 el anterior primer ministro, Ariel Sharón, y Mahmud Abás (Abú Mazen), firmaron un acuerdo en Sharm al-Sheij que contemplaba un alto el fuego de la milicias. A diferencia de Hamás, la Yihad Islámica no aceptó el alto el fuego en su momento y se ha atribuido ocho de los nueve atentados suicidas que han ocurrido desde entonces. El suicida había dejado de estudiar un curso de trabajos sociales que cursaba a distancia porque su familia no podía pagarle la matrícula y desapareció de su domicilio hace varios días, dijo su madre. «Vi como un joven abría su bolsa y el guardia de seguridad la examinaba y en ese momento se produjo la explosión», explicó Musa al-Zidat, que se hallaba a pocos metros del suicida. Otro testigo, Israel Yaakov, contó que la explosión mató a una mujer que estaba junto a su marido y sus hijos. «El padre estaba traumatizado y sufrió una conmoción. Se acercó corriendo a sus hijos para tranquilizarlos mientras los niños no dejaban de gritar mamá, mamá, pero ella ya no estaba allí, estaba muerta, Fue una escena horrible». La explosión destrozó los cristales de los coches que había en la zona y los cristales de las viviendas. Los heridos estaban tendidos en el suelo y en un primer momento fueron atendidos por la gente que había en el barrio. Pronto llegaron las ambulancias para trasladarlos a los hospitales de Tel Aviv. Unas fechas «muy atractivas» «Hay que recordar que estamos en una época festiva (en alusión a la Pascua judía) en la que todo el mundo sale de su casa y va a los centros comerciales y a las zonas verdes y por lo tanto son unas fechas muy atractivas para los terroristas», dijo el jefe de la policía, Moshe Karadi. La Yihad Islámica de Yenin divulgó un vídeo en el que aparecía el suicida reivindicando el atentado y diciendo que lo cometía para vengar el sufrimiento de los millares de palestinos que Israel mantiene encarcelados en sus prisiones. Vestido completamente de color negro y con una tiara amarilla en la cabeza -los colores de la Yihad Islámica- en la que se leía un versículo del Corán, el suicida advirtió que otros «muchos» milicianos ya se encuentran en camino para co meter nuevos atentados.

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