Cerrar

| Análisis | Hostilidad hacia la tregua |

Una legislatura marcada por el terror

Publicado por
Enrique Vázquez - madrid
León

Creado:

Actualizado:

Como era de temer, las facciones palestinas hostiles a la tregua con Israel consiguieron por fin hacerse presentes en el escenario israelí, que busca un gobierno de coalición, como había hecho durante la campaña electoral. Diez personas, incluido el terrorista suicida, murieron ayer en un atentado con bomba en un restaurante en Tel Aviv. Yihad Islámica, lo mismo que a finales de marzo, reivindicó el ataque de inmediato y, de hecho, lo había preanunciado: el domingo portavoces del movimiento habían hecho saber que proseguirían el lanzamiento de cohetes artesanales kassam y la infiltración en Israel de hombres-bomba. Es seguro que el Gobierno israelí ejercerá rápidas represalias sin consideraciones sobre siglas y tendrá a la Autoridad Palestina, arruinada y en pleno conflicto primer ministro Haniya-presidente Abás, por responsable final y político por no impedir el ataque. La presidencia lo condenó de inmediato, pero el Gobierno (islamista) lo describió como un «acto de legítima de defensa contra la ocupación israelí». Israel mantiene y mantendrá siempre la presión militar sobre los palestinos en tanto no haya una calma total y absoluta y ni siquiera en tal caso cancelará operaciones preventivas en los territorios ocupados que, con frecuencia, causan bajas. Desde que Hamás ganó las legislativas el 25 de enero hasta el atentado de 30 de marzo (cuatro colonos israelíes muertos) habían muerto 42 palestinos, incluyendo adolescentes, un deficiente mental y una niña de diez años y desde entonces hasta ayer otros diez. El Consejo de Seguridad de la ONU tuvo que abandonar, ante la amenaza de un veto norteamericano, un intento de inspiración árabe de condenar a Israel por los excesos en la represión. El gobierno interino, con un Ehud Olmert en busca de una imagen de duro como primer ministro en funciones y ahora como encargado de formar un gabinete de coalición, mantiene un criterio rígido que incluye la presión militar constante.