Los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad y Alemania se reúnen hoy en Moscú EN DOCE DÍAS EN GONGGAR
Irán insiste en mantener su programa nuclear pese a la amenaza de la ONU El ejército de EE.UU. investiga dos matanzas de civiles en Afganistán Las manifestaciones contra el rey en Nepal se cobran seis muertos China levanta en el Tíbet la mayor estatua en
La opción militar adelantada por Rice no afectará a los planes iraníes, dice Larijani
Irán rechaza suspender sus actividades de enriquecimiento de uranio y prosigue «pacientemente» su programa nuclear, a pesar de las presiones y las exigencias del Consejo de Seguridad de la ONU, declaró el dirigente iraní encargado de la cuestión nuclear, Ali Larijani. «¿Por qué debería Irán suspender sus actividades de investigación?», preguntó. La República Islámica desafió al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas al anunciar la semana pasada haber llevado a cabo enriquecimiento de uranio, una acción que fue condenada inmediatamente por Estados Unidos, la Unión Europea (UE), Israel y Rusia, y que refuerza la perspectiva de sanciones internacionales contra Teherán. Los cinco miembros permanentes del Consejo (Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos, Rusia y China) y Alemania se reúnen hoy en Moscú para discutir el caso nuclear iraní. «Les aconsejamos que no repitan los errores pasados (...) con el fin de crear un clima razonable para que las negociaciones puedan continuar», agregó Larijani. «Estos países deben aceptar la realidad y aceptar que hablan con un país que domina la tecnología (del enriquecimiento) y quiere desarrollarla. No deben tomar decisiones que no corresponden a la realidad», declaró por su parte Mohammad Saidi, vicepresidente de la Organización Iraní de Energía Atómica (OIEA), al diario Etemad-Melli. El enriquecimiento de uranio es una etapa crucial en un programa nuclear, ya que permite tanto producir combustible para una central de energía atómica como para obtener la materia básica de una bomba atómica. Irán afirma que su programa nuclear tiene un fin exclusivamente civil, aunque Estados Unidos y sus aliados sospechan que el objetivo es militar y apunta a construir la bomba atómica. La secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, pidió que el Consejo adopte una resolución que incluya la opción militar con el objetivo de que Irán cese el enriquecimiento. «Estas declaraciones no son nuevas y no afectarán a nuestra determinación de proseguir» nuestro programa nuclear, afirmó Larijani, valorando las advertencias de Rice. Washington prepara ya medidas de carácter militar e intenta conseguir el acuerdo de sus aliados para imponer sanciones al país persa. El Kremlin, sin embargo, tiene sellada una alianza con Irán, en cuya ciudad de Busher, especialistas rusos construyen una central nuclear. Moscú no quiere oír ni hablar de embargos y menos aún del empleo de la fuerza. Petición de prudencia China también pide prudencia. Cui Tiankai, viceministro chino de exteriores, llegó ayer a Moscú procedente de Teherán para participar en el encuentro. El responsable chino ha solicitado a las partes que traten de evitar acciones que hagan empeorar aún más la ya delicada situación creada en torno al programa nuclear iraní. El pasado 29 de marzo, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas adoptó una declaración sin carácter vinculante exigiendo a Teherán que detenga su actividad nuclear. El documento daba a Irán 30 días para cumplir las demandas de la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA) aunque no establecía ninguna medida de respuesta si ignora las advertencias. El ejército estadounidenses anunció la apertura de sendas investigaciones sobre dos matanzas de civiles registradas en Afganistán en lo que, en principio, fue descrito como operaciones de combate contra grupos insurgentes vinculados a los talibanes. Los dos incidentes bajo la lupa ocurrieron la semana pasada. En uno de ellos, siete civiles resultaron muertos, mientras que en otro el número no estaría claro, aunque habría que sumarle la de cuatro policías afganos que, según los testigos, habrían fallecido por el fuego «amigo» de los soldados estadounidenses. El enfrentamiento más grave tuvo lugar el sábado por la noche cuando fuerzas de la coalición internacional lucharon en la provincia de Kunar, al este del país, contra un grupo de rebeldes que se escondieron en una casa, que fue atacada con artillería pesada y helicópteros. Según el Pentágono, varios militantes afines al ex régimen Talibán habrían muerto y otros se habrían rendido. Pero tras las primeras inspecciones, se descubrieron los cadáveres de los civiles. «Nuestros corazones están con las familias de las víctimas inocentes de esta batalla», dijo en un comunicado el general Benjamin Freakley, al mando de la coalición. «He ordenado una investigación para esclarecer los hechos», añadió tras subrayar que los insurgentes usan a los civiles como escudos en sus enfrentamientos. El otro incidente se produjo el viernes en la región de Kandahar, donde cuatro policías afganos murieron por los disparos lanzados desde un helicóptero estadounidense. Los mismos testigos señalaron que también murieron varios civiles. Según analistas militares, lo ocurrido demuestra la falta de coordinación entre las tropas de la coalición y las fuerzas armadas afganas, aunque también revela una nueva política de transparencia del ejército estadounidense al iniciar sin demora las investigaciones. El pasado 21 de marzo, el departamento dirigido por Donald Rumsfeld abrió otra investigación para esclarecer si la muerte de 15 civiles iraquíes el pasado noviembre se debió a un enfrentamiento con insurgentes, como reza la versión oficial, o a la venganza de los marines, como reveló la revista Time, por la muerte de uno de sus compañeros. Seis manifestantes han muerto hasta ayer en Nepal en casi dos semanas de protestas contra el rey Gyanendra, quien en las últimas horas mantuvo contactos con diplomáticos extranjeros y dos ex primeros ministros sin ablandar a la oposición. Según fuentes opositoras, una persona resultó ayer muerta y otras cinco heridas en el pueblo de Nijgarh, a 250 kilómetros al sureste de Katmandú, cuando la policía abrió fuego contra activistas que protestaban contra la dictadura real, al cumplirse doce días de las movilizaciones. El cierre de Katmandú y de otras zonas de Nepal han provocado problemas de abastecimiento, sobre todo una escasez cada vez mayor de productos petrolíferos. | efe La región autónoma del Tíbet cuenta desde ayer con su primera estatua del ex presidente Mao Zedong (1893-1976), artífice de la invasión china del Tíbet en 1951, y la de mayor tamaño en toda China, informó la agencia oficial Xinhua. La estatua, de 7,1 metros de altura, 5,16 de pedestal y 35 toneladas de peso, llegó a Gonggar (a 100 kilómetros al sur de la capital, Lhasa) hace un mes procedente de la provincia de Hunan, pero sólo ayer empezaron los obreros a erigirla en su plaza de Shangcha. «Para proteger la estatua, hemos añadido un pararrayos y reforzado la base, para que el presidente Mao pueda resistir terremotos de hasta 5,5 en la escala Richter», informó el subsecretario del Partido Comunista en Gonggar, Daindar. | efe