Los presos de dos penales del interior del estado se han amotinado y retienen a 23 personas
Varios ataques contra la policía deSaoPaulodejanalmenos21 muertos
La mafia organizó la ofensiva en represalia por el traslado de 765 presos a una cárcel de alta seguridad
Agentes de la policía registran a sospechosos a la entrada de una favela de Sao Paulo, en Brasil
Una serie de ataques contra locales, vehículos y agentes policiales en Sao Paulo la madrugada del viernes dejó 21 muertos y 32 heridos, en una presunta represalia por el traslado de 765 presos a una cárcel de alta seguridad. La ofensiva criminal dejó 14 agentes del orden muertos (cuatro de la Policía Militar, cinco de la policía civil, dos de la Guardia Civil Metropolitana y tres de Seguridad Penitenciaria) y 15 heridos. Seis atacantes, presuntamente efectivos del Primer Comando de la Capital (PCC), principal organización mafiosa de Sao Paulo, cayeron muertos y una quincena resultaron heridos, según los datos de la Secretaría de Seguridad del Estado. Tres civiles, así mismo, quedaron atrapados en los ataques, entre ellos una joven que murió cuando se hallaba en un automóvil con su novio. Una mujer recibió un balazo en la mano y un transeúnte sufrió heridas diversas. Los ataques, por lo menos 20, se realizaron contra comisarías, bases de la Policía Militar, un cuartel de bomberos, varios vehículos policiales y contra agentes que patrullaban las calles, en la capital y en otras ciudades del estado de Sao Paulo, como Mogi Mirim, Sao José de Rio Preto, Ribeirao Preto, Osasco, Cubatao y Guarujá. Simultáneamente a los ataques, se amotinaron los presos de dos penitenciarías del interior del estado, que mantienen en su poder a por lo menos 23 rehenes. Después de los ataques, la Secretaría de Seguridad dispuso la suspensión de licencias y de los descansos de fin de semana, y acuarteló a toda la policía del Estado, para realizar patrullas y estar preparada en caso de otra ofensiva. El portavoz de la Secretaría de Seguridad indicó que ayer por la mañana las calles de Sao Paulo y otras ciudades del estado se encontraban en calma. El Secretario de Seguridad del Estado, Saulo de Abreu, afirmó en rueda de prensa «que la reacción criminal era esperada» después que la Secretaría de la Administración Penitenciaria (SAP) trasladó a 765 presos y concentró a los jefes del PCC en una cárcel de alta seguridad.