Sarkozy niega los rumores sobre su dimisión y asegura que no abandonará el Gobierno francés
El presidente francés, Jacques Chirac, y su primer ministro, Dominique de Villepin, siguen sometidos a una gran presión por el caso Clearstream frente a su rival, el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, que ayer anunció su permanencia en el Gobierno. «Prosigo mi trabajo en el gobierno, al servicio de la seguridad de los franceses», declaró Sarkozy en París, ante los dirigentes de la UMP, el partido de derechas en el poder, al que también pertenece Chirac. «No juzgo a nadie. No ajusto, les pido que me crean, ninguna cuenta política», afirmó en referencia a las acusaciones de su entorno hacia Chirac y Villepin de haber orquestado el caso para perjudicarle. Presidente y primer ministro ya desmintieron haber investigado a los políticos --entre ellos Sarkozy- de una lista -que resultó ser falsa-- de poseedores de cuentas ocultas en el extranjero a través de la empresa luxemburguesa Clearstream, para el cobro de comisiones ilegales en el marco de una venta de fragatas a Taiwán, en 1991. Razón y corazón «No debo confundir la defensa de mi honor con mis obligaciones hacia mi país. Una cosa es lo que me dicta el corazón y otra lo que mi razón me impone», añadió Sarkozy, que se ha considerado víctima de la presunta maquinación de sus rivales para desacreditarlo ante las presidenciales del 2007.