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Un amigo de Villepin confiesa que fue el informante anónimo de las cuentas

Publicado por
Esperanza Suárez - corresponsal | parís
León

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Fue Jean-Louis Gergorin quien envió la primera denuncia anónima al juez con la lista de las cuentas de políticos y empresarios en la sociedad luxemburguesa Clearstream, en el origen del escándalo político que sacude los cimientos del Estado galo. El amigo del primer ministro, diplomático y ex vicepresidente de la sociedad aeroespacial EADS lo ha reconocido en una entrevista que publica Le Parisien   y en la que la historia cobra tintes de novela negra. En ese primer y único anónimo que asume no figuraba el nombre de Nicolás Sarkozy. El  primer listado, que luego se revelaría falso, sólo incluye los nombres de tres políticos: Dominique Strauss-Khan, Alain Madelin y Jean Pierre Chevènement. Acudió directamente al general Philippe Rondot, entonces a las órdenes de la ministra de defensa y asegura que Michèle Alliot-Marie estaba al corriente, aunque ella lo ha negado. Pero el espía de la historia no se lo tomó lo suficientemente en serio y por eso Gergorin recurrió a Dominique de Villepin, entonces ministro de Exteriores. Operación de desprestigio El 9 de enero de 2004 se produjo la reunión que tantos quebraderos de cabeza ha dado al primer ministro y al presidente de la República por las notas que entonces tomó Rondot, que les implican en una operación de desprestigio contra Sarkozy. Él asegura que el nombre del ministro del Interior sólo salió a propósito de lo chocante de su viaje oficial a La India. Con el juez Van Ruymbeke se reunió en tres ocasiones y el anónimo se lo envió convencido de lo «explosivo» del asunto y del riesgo que corría su vida si lo denunciaba. El magistrado, amenazado de sanción disciplinaria, recibió ayer el apoyo de medio centenar de colegas, convencidos de su «seriedad, competencia e integridad». Gergorin dice haber actuado de buena fe. Las listas de las cuentas secretas de Clearstream, donde se habría blanqueado dinero y recibido sobornos, le llegaron de una fuente que no revela y que «trabaja  sobre la financiación del terrorismo internacional». El semanario Nouvel Observateur  publica además las notas clasificadas de Philippe Rondot en las que afirma  que la ministra de Defensa «conocía, diga lo que diga, la identidad del delator desde el primer día». Gergorin afirma que Rondot «lo sabe todo». Ante las peticiones de dimisión y de elecciones anticipadas, el presidente Chirac guarda silencio e insta a sus ministros a trabajar y dejar de lado sus rivalidades. Mientras, dos de sus principales protagonistas - Villepin y Sarkozy- se encuentran fuera de territorio nacional.