Diario de León

El ex responsable de la inteligencia militar fue llevado por la fuerza ante la justicia

El ex espía Rondot calla ante los jueces para proteger a Villepin

La prensa desvela nuevos documentos que confirman la implicación del primer ministro

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Esperanza Suárez - corresponsal | parís
León

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La sombra de la duda se cierne aún sobre el primer ministro Dominique de Villepin, a pesar del silencio que ayer se empeñó en mantener -por espacio de una hora y quince minutos aproximadamente- ante los jueces el general Philippe Rondot, el espía al que habría encargado investigar las cuentas del ministro del Interior Nicolas Sarkozy. Una carta de Rondot a Villepin confirma además la implicación del presidente Jacques Chirac en esa presunta operación de desprestigio para acabar con las ambiciones presidenciales de Sarkozy. Al general tuvo que ir a buscarle ayer la policía a su domicilio en Meudon, en la periferia de París, para que se presentara a testificar ante los jueces Henry Pons y Jean-Marie d'Huy. La semana pasada Rondot ya anunció que no comparecería ante los dos magistrados, inicialmente encargados de buscar al autor de los anónimos en los que se acusaba a Sarkozy y otros políticos de tener cuentas secretas en la sociedad Clearstream. Jean-Louis Gergorin, ex vicepresidente del grupo aeroespacial EADS y amigo de confianza de Villepin, ya ha confesado ser el autor de las denuncias que luego se revelarían falsas. Ahora se encuentra en Londres -aunque se dice a disposición de la justicia- «para escapar a la presión». «Que los magistrados estén tranquilos, todavía tengo muchas cosas reservadas para ellos», ha declarado a la prensa. El mutismo de Rondot tendría como objetivo proteger al primer ministro. Eso al menos interpreta el diario Le Monde , que ayer publicó las notas que la policía intervino a Rondot en el registro de su domicilio la semana pasada: en ellas, el general afirma haber omitido sus sospechas sobre Gergorin en su primera declaración ante los jueces por miedo a que la revelación llevara a la justicia hasta el mismísimo Dominique de Villepin. Ya en octubre del año pasado escribió sobre el asunto: «Una espada de Damocles sobre D. de V.». La frase «proteger a D. de V.» aparece con insistencia, al igual que sus numerosas dudas sobre la autenticidad de los listados con las falsas cuentas secretas. El espía, de 69 años, se habría entrevistado nueve veces en trece meses con el primer ministro, al que envía una carta, sólo cuatro días después de esa primera reunión del 9 de enero del 2005 en la que le dio instrucciones de investigar a Sarkozy. Un síntoma de confianza En Francia, el tuteo es síntoma de confianza y Rondot escribe: «Conviene actuar con prudencia, en secreto, teniendo en cuenta eventuales manipulaciones políticas, según los propósitos del presidente tal y como me los has transmitido». Las notas de Rondot contradicen en varios puntos lo hasta ahora manifestado por Dominique de Villepin. Pero, acostumbrados a las intrigas políticas, más de la mitad de los franceses consideran que el asunto no tiene la importancia suficiente para obligarle a dimitir. Según el último sondeo publicado por Le Figaro , el 64% de sus compatriotas considera que debe seguir al frente del gobierno, un porcentaje que se eleva al 85% entre los simpatizantes de su partido. El escándalo Clearstream, que apasiona a la prensa francesa, deja indiferente al 59% de los franceses, frente al 31% que estima que es «muy importante», según el mismo sondeo. «Que los magistrados estén tranquilos, todavía tengo muchas cosas reservadas para ellos» JEAN-LOUIS GERGORIN Ex vicepresidente de EADS

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