Las potencias reunidas en Viena alcanzan un acuerdo sobre la oferta que darán a Teherán
Irán acepta negociar con EE.UU., pero sin detener su plan nuclear
Washington le advierte a Teherán que tiene unas semanas para tomar una decisión
Irán se declaró ayer dispuesto a entablar negociaciones directas con Estados Unidos pero rechazó la condición previa de detener el enriquecimiento de uranio. El anuncio tuvo lugar horas antes de que las principales potencias mundiales alcanzaran en Viena un «acuerdo sustancial» sobre el paquete de incentivos que se ofrecerá a Teherán para que reconsidere su programa nuclear. El paquete llamado del «palo y la zanahoria» está diseñado para animar a Irán a dejar cualquier actividad que pudiese estar relacionada con la fabricación de una bomba atómica, o de la contrario imponer sanciones. «El ambiente (...) es muy bueno y positivo y nos dirigimos hacia un acuerdo», declaró un diplomático europeo sobre las conversaciones en Viena entre los ministros de Exteriores de la troika europea -Reino Unido, Francia y Alemania- con Estados Unidos, Rusia y China. Se espera que la oferta incluya un reactor nuclear de aguas ligeras y un suministro exterior de combustible atómico, para que Irán pueda enriquecer el uranio por sí mismo. Un poco más allá En Washington, el portavoz de la Casa Blanca, Tom Casey, manifestó que el presidente George W. Bush ha hablado con los dirigentes rusos y chinos, que hasta ahora se han opuesto a las sanciones, y que las conversaciones han sido positivas. Casey afirmó que Estados Unidos está dispuesto a ir «un poco más allá», mientras que Teherán está utilizando todas las excusas que puede para no avanzar con las discusiones. «Claramente Irán va a tener que escoger entre una opción», declaró. El ministro iraní de Asuntos Exteriores, Manushahr Mottaki, dijo que están abierto a conversaciones con Washington -con quien no tienen relaciones diplomáticas desde 1980- pero rechazó la condición previa. «No abandonaremos el dere-cho natural de nuestra nación (al enriquecimiento de uranio), no hablaremos sobre ello. Pero sí estamos dispuestos a hablar sobre nuestras preocupaciones mutuas». Ante esta respuesta, la Casa Blanca instó a Teherán a tomarse varios días para considerar detenidamente su oferta y dijo que se reservarán hasta entonces su opinión. Bush, no obstante, advirtió ayer a Irán de que si se niega a parar el enriquecimiento -un proceso que puede acabar en la producción de material para bombas- su caso irá al Consejo de Seguridad de la ONU. Previamente un alto responsable estadounidense aseguró que el régimen de los ayatolás sólo tiene unas semanas para aceptar esta apertura antes de que los países occidentales intenten lograr sanciones de la ONU. Un diplomático europeo dijo en Viena que el rápido rechazo iraní no parece que sea su última palabra. «Todavía no le hemos mostrado la oferta, y hasta ahora nada de lo que hayan dicho indica que descartará esta oportunidad», declaró. Francia, China, Rusia, el Reino Unidos e incluso Israel resaltaron como muy positiva la oferta de Estados Unidos a Irán. Para Dominique de Villepin, ha abierto «una etapa importante, por no decir decisiva».
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Redacción