| Análisis | La consecuencias de una muerte |
El mulá Omar promete que la lucha «contra la cruzada» seguirá en todo el mundo ¿Un rayo de esperanza?
El líder de los talibanes afganos, el mulá Mohamed Omar, aseguró supuestamente en una declaración que la muerte del líder de Al Qaida en Irak, Abu Musab al Zarqaui, no debilitará «la resistencia contra las fuerzas de la cruzada». La muerte de Abu Musab al Zarqaui, eliminado con dos bombas antológicas, una guiada por láser, y otra, de nueva generación, vía satélite, ha desatado las especulaciones sobre su efecto en Irak, en la zona, en la «guerra contra el terrorismo» en general. El viernes, día santo para los musulmanes, sus periódicos, de Marruecos a Indonesia, y de Irán a Yemen, aparecieron cubiertos con artículos sobre la desaparición del hombre que se erigió en líder de Al Qaida en Meso-potamia. El «emir» que creó su propia Al Qaida -la base, en lengua árabe- en Herat, Afganistán, negándose a estar al mando del mismo Osama Bin Laden. El número dos de Osama -saudí-, Ayman al Zawahiri -egipcio-, escribió una carta pública a Al Zarqaui -jordano-, acusándole de usar tácticas demasiado dramáticas, como los decapitamientos de occidentales por Internet, o las bombas indiscriminadas en los lugares santos chiíes. Al Zarqaui, radical, impredecible, ha desaparecido del mapa. Y ahora todos se preguntan cómo afectará a Irak. Para empezar, la opinión de todos los expertos es que el éxito de la operación que ha dejado en segundo plano los escándalos de las matanzas de civiles iraquíes por parte de los marines, obedece totalmente a la colaboración de los servicios secretos jordano y norteamericano. La inteli-gencia jordana había infiltra-do el grupo, hasta la ratonera de Hibhib, el pueblo donde Muhamed Ismail, taxista de Bagdad, de 40 años, vio llegar el miércoles tres GMC, enormes 4X4 famosos en Oriente Medio, con los cristales oscu-recidos. Dos se quedaron en una casa abandonada rodeada por palmeras y naranjales. El tercero se marchó.... ¿Iba allí el «traidor» que se habrá ya embolsado los 25 millones de dólares que se ofrecían como recompensa?. «El medio ambiente árabe que hizo nacer a Al Zarqaui puede crear otros como él. Desde una amplia perspectiva, es posible decir que cerrar las puertas a cambios democráticos en Egipto, Siria, y muchos países del Golfo, la anarquía política en Líbano, y el crecimiento de la pobreza y el desempleo en el Magreb, son los factores que provo-carán la aparición de otros fenómenos del estilo Al Zarqaui en el futuro», escribe Husam Itani en el diario panárabe libanés As Safir . «¿Y si el asesinato de Al Zarqaui ha sido simplemente el comienzo de las preparaciones de Irán y Estados Unidos para pasar de la confrontación al diálogo? , se pregunta Sahar Basiri, en An Nahar. ¿Un rayo de esperanza en Irak, el día después de Al Zarqaui?