El Gobierno iraquí podría amnistiar a los presos sin delitos de sangre
El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, presentó este domingo ante el Parlamento un plan de reconciliación nacional destinado a detener la violencia en el país, que este domingo dejó 21 muertos y 60 heridos, tendiendo a los rebeldes «una rama de olivo para construir» la nación. De esta forma Maliki pretende atraer a las facciones que se han mantenido al margen del proceso político, particularmente a los sunitas, a los que se consideran responsables de la mayoría de ataques contra las fuerzas iraquíes y estadounidenses. Maliki subrayó que sus propuestas no debían ser consideradas como una «recompensa a los terroristas». «No y mil veces no», exclamó. «No hay tregua posible con los terroristas y seguidores de Sadam» Huseín, indicó. El plan de Maliki prevé «amnistiar a los detenidos que no hayan cometido crímenes, actos terroristas, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad». «A aquéllos que quieren construir y reconciliar, les tendemos nuestra mano con una rama de olivo para construir nuestra nación. A aquéllos que insisten en la agresión, el terror y el asesinato, nos enfrentaremos con firmeza para proteger a nuestro pueblo», agregó. El plan exige que las partes que se sumen al proceso político tomen una posición clara contra el terrorismo y los seguidores de Sadam Huseín. El proyecto propone dejar bajo control de la Justicia las purgas contra los ex miembros del Partido Baas del régimen depuesto. 50.000 muertos Al menos 50.000 iraquíes han muerto desde la invasión de Estados Unidos en marzo de 2003, una cifra superior a la que ha reconocido el Gobierno de Washington. La cifra incluso podría ser mayor, ya que hubo «graves lapsos» en la recopilación de datos durante el primer año del conflicto. Los iraquíes no logran dar una cifra exacta de los muertos.