Diario de León

Poco más de la mitad de la población que estaba llamada a las urnas acudió a votar

Los italianos rechazan el proyecto de reforma constitucional

Los primeros datos oficiales confirmaron las previsiones que ya habían anunciado la victoria del «no»

El primer ministro italiano Romano Prodi en las urnas

El primer ministro italiano Romano Prodi en las urnas

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María Signo - corresponsal | roma
León

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Con un 61,6% de votos en con-tra los italianos han rechazado el proyecto de reforma constitucional que reforzaba los poderes del primer ministro y daba una mayor autonomía a las regiones. Para esta consulta, los colegios electorales estuvieron abiertos el domingo y ayer. Acudieron a las urnas un 53,6% de los votantes, aunque la baja participación de la primera jornada, sólo un 35%, asustó al centroizquierda, ya que los datos de mayor afluencia provenían de los colegios del norte del país, donde es más fuerte el grupo separatista Liga Norte que promovía el sí. Los primeros datos oficiales confirmaron las previsiones que ya habían anunciado la victoria del no. Tras estos resultados se anuncia una fuerte división en la oposición, ya que la Liga Norte podría abandonar La Casa de las Libertades, la colación creada en el 2001 por Berlusconi, mientras se pondría en discusión el liderazgo de éste. «Si gana el sí en el Norte iremos a la ONU, y si gana el no iremos a Suiza, allí al menos hay federalismo», declaró Umbreto Bossi, líder de la Liga Norte tras conocer los primeros resultados, mientras uno de sus eurodiputados exclamaba que los italianos «dan asco». Por el contrario, en el Gobierno se respiraba ayer satisfación y un gran alivio, pues el resultado refuerza la coalición de centroizquierda de Romano Prodi. El vicepresidente Massimo D'Alema invitó a la oposición a «abrir una discusión seria sobre el futuro del sistema político e institucional del país». Además de la Liga Norte, también apoyaba la reforma la coalición de centroderecha que lidera Silvio Berlusconi. Argumenta que con la nueva Constitución se modernizaría el país. Para el Gobierno de Prodi, los cambios propuestos lo llevarían a un «caos» y se pondría en peligro su funcionamiento. El «federalismo», una de las par-tes más controvertidas de la ley, aumentaría, según el centroizquierda, la gran división entre el rico norte y el atrasado sur. Según la propuesta, las regiones tendrían competencias totales en sanidad, educación y policía local. Contra el mismo El centroizquierda recién llegado al poder se opuso al mismo, tanto en 2005, cuando fue presentado ante el Parlamento, como antes de la consulta. «Los italianos votaron sin discusión sobre una ley que habíamos denunciado como peligrosa para la estabilidad de las instituciones republicanas», declaró el jefe del gobierno, Romano Prodi. «Este voto reforzó al gobierno», se congratuló el ministro de Defensa, Arturo Parisi, hombre cercano al primer ministro. Prodi hizo campaña en favor del «no», ya que «esta reforma divide el país en dos, entre ricos y pobres», afirmó la misma fuente.

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