Gaza se pertrecha para el ataque

Las denostadas calles y avenidas de Beit Lahiya, al norte de Gaza, se han llenado en las últimas horas de montículos de arena con los que los milicianos pretenden frenar la esperada ofensiva israelí. Si hay alguna cosa que sobra en Gaza es precisamente arena y los milicianos aseguran que los tanques no podrán atravesar los montículos si los trufan con minas anticarro. No saben cuando se producirá la ofensiva y desconocen cuál será su magnitud pero se preparan para ella a conciencia. En Gaza se viven estos mo-mentos con enorme intensidad y numerosos palestinos dan por segura la invasión, aunque están divididos entre quienes piensan que se producirá antes y quienes creen que ocurrirá después de la liberación del soldado Guilad Shalit. «Nuestros niños no tienen leche y los judíos no nos dejan comer. No nos han pagado nuestros salarios desde hace cinco meses. Aquí todos somos pobres, pero a pesar de todo estoy en contra del secuestro del soldado israelí», dice Hasem, un funcionario de 35 años que no oculta su pertenencia a Al Fatah. «Creo que va contra nuestros intereses y que puede tener consecuencias nefastas para toda la población de Gaza puesto que quienes han secuestrado al soldado son quienes nos están poniendo las cosas más difíciles», añade en una clara alusión a Hamás. «Estoy de acuerdo con la idea de canjear al soldado por los prisioneros, especialmente por las mujeres y los niños que están encarcelados en Israel, pero disiento completamente de como se ha ejecutado la operación. Lo ideal es que hubiera sido Israel quien hubiera anunciado, como medida de buena voluntad, la liberación, aunque sé que esto es pedir un imposible». Bashir, un primo de Hasem que se define como independiente, discrepa. Bashir, de 45 años, viste la galabía blanca tradicional árabe y opina que «la operación ha sido una reacción natural al asesinato de civiles palestinos durante los últimos días, incluidos niños y mujeres». Pero los dos primos discrepan cuando se les pregunta quien está detrás de la captura del soldado. Para Bashir, no hay duda de que es obra de milicianos que operan a título privado y no obedecen a Ismael Haniya. Hasem, en cambio, cree que detrás de la captura está la dirección de Hamás en el exilio en Damasco. «Son milicianos que obedecen a Jaled Mishal y seguramente detrás de todo esto se encuentra Irán», explica. Al secuestro de Shalit, se unió ayer el caso de Eliahu Asheri, de 19 años y residente en la colonia cisjordana de Itamar. Su familia denunció su desaparición después de que milicianos anunciaran la noche del lunes el secuestro de un israelí en Cisjordania. El Ejército israelí tiene sospechas de que el joven desaparecido podría estar retenido por sus captores en la ciudad cisjordana de Ramala. La Policía y el Ejército llevan a cabo pesquisas para dar con el paradero de Eliahu, quien fue visto por última vez cuando hacía autoestop.