El único sospechoso niega toda implicación en la desaparición de las menores
El hallazgo de los cuerpos de las dos niñas belgas acaba con la esperanza
El lugar donde aparecieron los cadáveres ya había sido registrado en los primeros días
El hallazgo de los cuerpos de Stacy Lemmens y Nathalie Mahy, de 7 y 10 años, respectivamente, acabó ayer con las esperanzas de sus familias, que desde hace tres semanas estaban esperando noticias positivas sobre sus hijas. El fiscal general de Lieja, Cédric Visart de Bocarmé, confirmó de manera oficial que los dos cuerpos encontrados ayer, a pocos centenares de metros del lugar donde las dos niñas desaparecieron hace casi tres semanas, corresponden a Stacy y Nathalie. Visart de Bocarmé hizo incluso públicamente alusión a la posibilidad de un doble asesinato, visto que los dos cuerpos estaban obviamente escondidos. «Desde el día de su desaparición nunca habíamos perdido la esperanza de encontrarlas con vida, pero desgraciadamente esas esperanzas fueron arruinadas con el descubrimiento ayer de las niñas muertas, ¿o debo decir asesinadas?», se preguntó el fiscal general. Nathalie y Stacy desaparecieron en la noche del 9 al 10 de junio cuando estaban jugando en una feria en un suburbio de Lieja, a la que habían acudido con Catherine Dizier, madre y madrastra, respectivamente de las niñas, y con la actual pareja de ésta, Thierry Lemmens, padre de Stacy. Cuando Catherine y Thierry decidieron volver a casa, sobre las dos de la madrugada, y comenzaron a reunir a sus seis hijos, no encontraron a las dos niñas, por lo que una hora más tarde llamaron a la Policía para notificar la doble desaparición. Tras dieciocho días de intensa búsqueda, los investigadores descubrieron los dos cuerpos en avanzado estado de descomposición debajo de sendas tapas de alcantarilla junto a las vías de ferrocarril, a varios centenares de metros del lugar donde fueron vistas por última vez. El lugar ya fue registrado en los primeros días después de la desaparición pero, dada la dificultad para acceder a la zona, los investigadores tuvieron que esperar a que cortaran con material especializado la abundante vegetación para efectuar una búsqueda en profundidad. Las dos niñas llevaban la misma ropa del día de su desaparición y aunque todavía no se ha realizado la autopsia de sus cuerpos, la juez de instrucción de Lieja Pascale Goossens aseguró que «la muerte no era reciente». El único sospechoso en el caso, Abdallah Ait Oud, un hombre de 38 años con antecedentes de abuso de menores, fue sometido un día antes de la aparición de los cuerpos de las pequeñas, a un largo interrogatorio por la Cámara de Acusación de Lieja, que tiene que pronunciarse antes del próximo 4 de julio sobre la prolongación de su detención. Visart de Bocarmé insistió en que los cuerpos no fueron hallados a raíz del interrogatorio a Ait Oud, sino de los registros que los investigadores llevan realizando casi tres semanas y recordó que el sospechoso «sigue siendo inocente». Ait Oud ha negado hasta ahora toda implicación en la desaparición de las dos niñas y los investigadores tampoco han encontrado ninguna prueba contundente contra él, aunque han detectado varias contradicciones en sus coartadas. Ait Oud estuvo en el lugar donde desaparecieron las dos menores y él mismo estuvo desaparecido los cuatro días siguientes, un lapso de tiempo que aún no ha podido explicar de manera satisfactoria a los investigadores. A pesar de que las autoridades todavía están a la espera de los resultados definitivos de unas pruebas de ADN realizadas sobre muestras de sangre y esperma halladas en la vivienda del sospechoso, los resultados preliminares eran favorables a Ait Oud.