El silencio de Teherán ante la oferta occidental provocó que se tomara la decisión
La cuestión nuclear iraní vuelve a la ONU para que se apliquen sanciones
El Consejo de Seguridad no prevé medidas que impliquen el uso de la fuerza armada
Los representantes de las seis grandes potencias acordaron ayer en París llevar de nuevo el contencioso nuclear con Irán a las Naciones Unidas con la intención de adoptar sanciones contra el régimen de Teherán con el aval de la comunidad internacional. Horas antes de conocerse este salto cualitativo en la escalada de presiones diplomáticas, el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, había reiterado que su país no renunciará a «nuestro inalienable derecho» a acceder a la tecnología nuclear con fines pacíficos. «Irán no ha sabido tomar las medidas necesarias para permitir el inicio de las negociaciones, es decir, suspender todas las actividades ligadas al enriquecimiento y al retratamiento como lo ha pedido la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA)», señala la declaración consensuada por los ministros de Asuntos Exteriores de Francia, Estados Unidos, China, Rusia, Reino Unido y Alemania tras algo más de dos horas de discusiones. «Expresamos nuestra profunda decepción ante esta situación. En este contexto, no tenemos otra elección que volver al Consejo de Seguridad y retomar el proceso que habíamos suspendido hace dos meses», añade el comunicado leído por el jefe de la diplomacia francesa, Philippe Douste Blazy. Los seis países firmantes (los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad más Alemania) habían presentado el 6 de junio una oferta de cooperación tecnológica y comercial, subordinada a la suspensión por Teherán de todo enriquecimiento de uranio. El paquete de incentivos incluye tecnología puntera nuclear de uso estrictamente civil así como ventajas económicas y garantías regionales de seguridad. Irán no negocia Trascurridas más de cinco semanas, los autores de la oferta constataron en París que «los iraníes no han dado ninguna indicación sobre su disposición a discutir seriamente sobre la sustancia de nuestras propuestas». Por consiguiente, se consideran legitimados para «obrar con miras a una resolución del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas que haga obligatoria la suspensión pedida por la AIEA». Douste Blazy precisó luego a los periodistas que esperaba que la resolución. basada en el artículo 41 del capítulo 7 de la Carta de las Naciones Unidas alusivo a medidas en casos de amenazas a la paz, «sea votada rápidamente». El ministro francés también puntualizó que, si Irán se pliega a las condiciones de la comunidad internacional y entra en negociaciones, «estamos dispuestos a abstenernos de nuevas acciones».