Diario de León

Detendrá los bombardeos si liberan a los soldados y Hezbolá se repliega

Tel Aviv envía sus exigencias a Beirut para detener la ofensiva

Teherán da su apoyo a Hezbolá y afirma que defenderá Siria si es objeto de un ataque

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Eugenio García Gascón - jerusalén
León

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Israel presentó ayer al gobierno de Beirut dos condiciones para cesar el bombardeo de Líbano: la entrega de los soldados que Hizbola capturó hace seis días y una retirada de las milicias que operan en el sur del país hasta más arriba del río Litani. El primer ministro Ehud Olmert comunicó su propuesta a su colega italiano Romano Prodi, quien a su vez la transmitió al primer ministro libanés. El titular de Información libanés informó escuetamente de la misma a la prensa pero en ningún momento dijo si su gobierno la había aceptado o rechazado. El río Litani fue durante muchos años la «frontera» que Israel estableció unilateralmente con la ocupación del sur de Líbano, que terminó en 2000, y ahora es el punto de referencia hasta el que Olmert exige la retirada de las milicias. En la oferta a Prodi, Olmert no mencionó el desarme de las milicias, algo que había exigido con anterioridad y que está contemplado en la última resolución del Consejo de Seguridad de la ONU. Las autoridades políticas y militares israelíes no han cesado ni un momento de subrayar que lo que buscan es la aplicación de esa resolución específica, sin mencionar las resoluciones que Israel se niega a aplicar desde hace muchas décadas. Difíciles decisiones Pero Líbano es un país profundamente dividido y las decisiones no se toman en una hora sino que requieren consultas para obtener el respaldo de distintas fuerzas, un equilibrio muy precario que se puede romper en cualquier momento. El Gobierno por ejemplo, apenas tiene control del sur del país, donde el auténtico estado es Hezbolá. El presidente libanés, Emile Lahoud, que es prosirio, acusó al Consejo de Seguridad de no querer implicarse en la tragedia de su país porque quiere que Líbano «se rinda». Por el momento Israel no parece inclinada a enviar a Líbano tropas terrestres por el temor de que sean un objetivo fácil de los milicianos. El trabajo lo está haciendo la aviación sin encontrar ninguna resistencia. Mientras, Siria salió al paso de las amenazas veladas de Israel y afirmó que responderá «directamente y por todos los medios a cualquier ataque israelí». Tel Aviv ha venido insinuando en los últimos días que Damasco estaba implicada en el secuestro de dos soldados israelíes a manos de Hezbolá. El otro objetivo de las críticas hebreas, Irán, tampoco se mantuvo en silencia. El líder espiritual del país, el ayatolá Ali Jamenei, elogió a Hezbolá por sus acciones y advirtió que está dispuesto a acudir en ayuda de Siria si Israel la ataca. «Esperamos que el régimen sionista no cometa el error de atacar Siria, ya que en caso de extensión del conflicto, deberá hacer frente a pérdidas inimaginables», dijo.

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