Diario de León

La UE pide una tregua y exige una mayor implicación del Consejo de Seguridad

Israel rechaza el envío de fuerzas de la ONU propuesto por Annan

Un general hebreo anuncia que la ofensiva continuará al menos una semana más

Miembros de la defensa civil libanesa evacúan el cadáver de una mujer alcanzada por un misil israelí

Miembros de la defensa civil libanesa evacúan el cadáver de una mujer alcanzada por un misil israelí

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agencias | s. petersburgo
León

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El El envío de cascos azules al sur del Líbano podría constituir, a juicio del secretario general de la ONU, Kofi Annan, una salida a la alarmante crisis que sacude Oriente Próximo. Annan lanzó la iniciativa ayer en San Petersburgo, en el último día de la X Cumbre del G-8, y obtuvo el apoyo inmediato del Reino Unido, Italia y Francia. También la UE respaldó la idea y se mostró dispuesta a contribuir a esa fuerza de estabilización con efectivos. Los 25, reunidos en Bruselas, condenaron los ataques de Hezbolá contra Israel y pidieron el cese de las hostilidades entre ambas partes y una mayor implicación del Consejo de Seguridad de la ONU en la crisis. A Estados Unidos, que apoya a Israel sin fisuras, la idea de An-nan no pareció entusiasmarle. España, de la mano de su ministro de Asuntos Exteriores, dijo ayer que es necesario revisar toda la estrategia de la Unión Europea en Oriente Medio, incluyendo la Hoja de Ruta (de la que él es coautor), a la luz de la última crisis abierta. Pero poco importan las posiciones de todos estos países cuando Israel rechazó de inmediato la propuesta del secretario general de la ONU porque cree que el arreglo del problema pasa por el desarme de Hezbolá y por que el Líbano envíe tropas a su frontera sur. «No seremos rehén de nadie» El primer ministro israelí, Ehud Olmert pronunció un discurso ante el Parlamento en el que dijo: «Hasta aquí hemos llegado. Israel no será rehén (de nadie)». Y luego insistió en que los bombardeos sobre el Líbano continuarán hasta que las milicias libaneses liberen a los dos soldados que capturaron la semana pasada, cese el lanzamiento de cohetes por parte de Hezbolá y el ejército libanés se despliegue en el sur del país. De hecho, uno de los generales israelíes, Moshe Kaplinsky, confirmó ayer que la ofensiva continuará durante «al menos una semana más». Como viene siendo habitual estos días entre la clase política israelí, Olmert se refirió a la resolución 1559 del Consejo de Seguridad, que exige el desarme de las milicias libanesas, pero no se refirió a ninguna de las resoluciones anteriores -la 242 y la 336- que exigen la retirada israelí de los territorios palestinos ocupados. El primer ministro dijo que su país se había visto inmerso en esta situación, tanto en la franja de Gaza como en Líbano, por culpa de sus «enemigos» puesto que Israel no tiene ningún contencioso fronterizo con Gaza o Líbano, dando a entender por omisión que Israel aspira a quedarse con territorios de Cisjordania, incluida Jerusalén. Por su parte, Irán siguió lanzando advertencias a Israel contra un posible ataque contra Siria, a la que Tel Aviv acusa de apoyar a Hezbolá. El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, transmitió a su homólogo sirio, Bachar al Asad, un mensaje de «total apoyo» en caso de ataque, recordando el tratado de socorro mutuo que impera entre ambos países.

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