Israel llama a 5.000 reservistas y concentra tropas en la frontera

El Ejército israelí movilizó ayer a otros 5.000 reservistas que en su mayor parte serán destinados al sur de Líbano, en los que parece ser un paso más para preparar la invasión terrestre. De momento, el Ejército hebreo ha comenzado a concentrar sus tropas y sus carros de combate en la frontera, donde se han intensificado las acciones armadas contra los milicianos de Hezbolá que están desplegados en esa zona. Mientras, en otro síntoma más de que se avecina la gran ofensiva, la aviación dejó caer en los pueblos del sur miles de octavillas en las que se insta a los civiles a que huyan de sus casas hasta más al norte del río Litani. La de ayer es la segunda movilización de tropas que hace Israel en diez días -la primera incluyó a unos 2.000 soldados- y la urgencia de la orden pone en evidencia que la planificación inicial de la guerra por parte de los generales hebreos no fue correcta. Los políticos y los jefes del Ejército habían depositado toda su confianza en los cazas F-16 que hasta ayer habían realizado 3.000 «operaciones», destruyendo gran parte de las infraestructuras de Líbano y causando más de 350 muertos, casi todos civiles y una tercera parte de ellos niños, según fuentes oficiales libanesas. Sin embargo, los milicianos siguen disparando cohetes prácticamente con la misma asiduidad que al principio. En Haifa hubo ayer 16 heridos. Una lucha larga Millares de soldados operan desde hace dos días en el sur de Líbano y, según el Ejército, han destruido numerosas infraestructuras de Hezbolá en esa zona, incluidos túneles que servían de escondite a los milicianos y donde se almacenaba armamento. Según los expertos, los guerrilleros han seguido una táctica muy parecida a la del Vietcong. Han creado en los últimos seis años una red de túneles y búnkeres a lo largo de la frontera, han enterrado sus armas y se han preparado para una lucha larga y sangrienta. Hasta el jefe del Ejército israelí, Dan Halutz, admitió ayer que Hezbolá se ha preparado para una guerra larga. Sólo en las últimas 48 horas han muerto en el sur de Líbano ocho soldados israelíes y 16 han resultado heridos. El general dijo que han muerto 100 milicianos, aunque la milicia dijo el jueves que sólo había sufrido siete bajas y unas decenas de heridos. Durante la jornada los F-16 ejecutaron un gran número de operaciones, especialmente en el área de Baalbek, donde murieron cuatro civiles, aunque el número total de libaneses muertos se redujo significativamente en relación a días pasados. Eso sí, hay muchos heridos. Los médicos han denunciado que algunos de ellos presentan heridas «nunca vistas hasta ahora», lo que podría significar que Israel está utilizando armas prohibidas. La alta comisionada de la ONU para los refugiados, Louise Arbour, advirtió que los dirigentes políticos y jefes militares que están dando órdenes de ataques podrían acabar ante el Tribunal Penal Internacional acusados de crímenes de guerra.