Diario de León

| Análisis | Las consecuencias del conflicto |

Un Oriente Medio bipolar

Los muertos son enterrados en una fosa común para evitar la propagación de enfermedades

Los muertos son enterrados en una fosa común para evitar la propagación de enfermedades

Publicado por
Ángela Rodicio - servicio especial
León

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El jefe de Estado Mayor israelí decía ayer que Israel está en guerra y las vidas humanas son importantes, pero que este no es el momento de contar los muertos. El Comando Norte cree que la lucha en la frontera entre Líbano e Israel continuará varias semanas más, con obvias posibilidades de nuevas bajas. Es la primera vez, desde su creación hace 58 años, que Israel tiene que declarar algo semejante: sus muertos, porque en este conflicto ya alcanzan las dos decenas, son números, no nombres. Hasta la operación «Cambio de rumbo», como se denomina la guerra que Israel libra con Hezbolá, daba la impresión que los muertos árabes eran los números, y los israelíes los nombres. Como si el valor de la vida en Israel fuera infinitamente mayor que el de sus vecinos. La niebla de la guerra Todo ello parece haberse acabado. Con la «niebla de guerra», como titulaba ayer el diario israelí Maariv , su principal crónica de primera página, parece haberse diluido la realidad de que Israel era la única potencia de Oriente Medio. Irán es la otra. El editor en jefe del diario, Amnon Dankner, escribía: «No deberíamos estrujarnos la cabeza buscando un nombre para estas operaciones. Se merece el de la primera guerra israelo-iraní». Irán, que creó Hezbolá -el partido de Dios- para exportar la revolución de Jomeini de 1979, ha dado el salto al escenario y echa un pulso a Israel y a EE.UU., con estos war games, juegos de guerra. La línea roja la marcan los misiles iraníes en poder de Hezbolá, con un alcance muy superior a los que ahora lanzan contra Kiriat Shmona, Nahariya, o Haifa. Haifa merece una mención particular. Hasta ahora, los expertos militares consideraban que la principal ciudad puerto israelí era una especie de tabú. Ya no. El primer oleoducto de Oriente Medio comenzaba en Kirkuk, norte de Irak, y concluía en Haifa, donde se embarcaba el petróleo. Pero el quid de la cuestión es si Teherán dará o no permiso a Hezbolá para que use los misiles que pueden caer sobre la capital, Tel Aviv. Eso sí que sería una declaración de guerra regional. No ha ocurrido. Hasta que eso suceda, -posible pero improbable- miles de reservistas israelíes seguirán empeñados en acabar de una vez por todas con las lanzaderas de Hezbolá en el sur de Líbano. La mayoría ocultas en túneles bajo las casas de los civiles que han huido a Beirut, o fuera del país. En total, el 20% de la población libanesa: medio millón de personas. Solamente el coste inicial de un Oriente Medio bipolar.

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