La secretaria de Estado aseguro que una Cuba libre sería un buen vecino y un «amigo cercano»
Rice promete el apoyo de EE.UU. a los cubanos y les pide que no dejen la isla El exilio afronta la difícil tarea de reconciliar a los anticastristas en su lucha por la transición
EE.UU. anima a la comunidad internacional?para unas elecciones democráticas
La secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, difundió ayer un mensaje dirigido a la población cubana para garantizarle el apoyo de Estados Unidos en su lucha por una Cuba libre y para pedirles que no abandonen el país. «Todos los cubanos que deseen un cambio democrático pacífico pueden contar con el apoyo de EE.UU.» aseguró la jefa de la diplomacia estadounidense en un mensaje difundido por Radio y Televisión Martí , una emisora financiada por el Gobierno y con sede en Miami, que retransmite noticias en español a Cuba. Desde Washington «animamos al pueblo cubano a trabajar desde casa por un cambio positivo», añadió Rice en un claro intento de evitar que se confirmen los temores de quienes creen que la incertidumbre generada por la enfermedad del presidente Fidel Castro pueda provocar un éxodo masivo de cubanos hacia las costas de Florida. Las autoridades cubanas anunciaron el pasado lunes que Castro, que este mes cumple 80 años, cedió el poder temporalmente a su hermano Raúl, de 75, mientras se recupera de una operación a la que tuvo que someterse debido a una crisis intestinal. Seguimiento diario «En EE.UU. estamos siguiendo muy de cerca los acontecimientos en Cuba», donde «están cambiando muchas cosas», aseguró la secretaria de Estado, que insistió en que su gobierno está «preparado para proporcionarles ayuda humanitaria (a los cubanos) a medida que comiencen a trazar un nuevo curso». Lo único que no cambia, insistió, es «el compromiso de EE.UU. de respaldar un futuro de libertad para Cuba, un futuro que sea definido por vosotros, el pueblo cubano». Según Rice, el Gobierno estadounidense respeta las aspiraciones de los cubanos para convertirse en «ciudadanos soberanos» y les ayudará a garantizar el respeto de sus derechos, para que puedan hablar y pensar como deseen y elegir a sus líderes «de forma libre y justa en unas elecciones democráticas». El gobierno estadounidense desea desde hace tiempo «una Cuba libre, independiente y democrática» que, en su opinión, sería no sólo un país vecino, sino también un «amigo cercano». «Ese es nuestro objetivo, ahora más que nunca y, durante este periodo de cambio, todos deben saber que no tienen un mayor amigo que los EE.UU.», aseguró Rice en su mensaje a los cubanos. También aprovechó la ocasión para precisar que EE.UU. anima todas las naciones democráticas a que se unan y soliciten la puesta en libertad de los prisioneros políticos, el restablecimiento de las libertades fundamentales y una transición que derive «rápidamente» en unas elecciones multipartitas en Cuba. «Yo no voy a vender ni a mis muertos, ni a mis presos». El grito irrumpe de repente en una improvisada sala de prensa en el restaurante Versalles situado en Miami. La frase pertenece a Pablo Correo, del grupo paramilitar cubano Alpha 66, quien acaba de interrumpir la rueda de prensa de la asociación Consenso Cubano (CC). Minutos antes, miembros del CC, una organización que engloba a los 23 grupos más representativos del exilio, había admitido su apertura a un diálogo con miembros del régimen de Fidel «siempre y cuando liberen a los presos y sea con el fin de asegurar la transición a la democracia», en palabras de Roland Behar, del grupo Unión Liberal. Una postura que para Correo, de 80 años y que vivió «los horrores del monte cuando los Castro asesinaron a miles de personas», supone una traición imposible de perdonar. «Prefiero 40 años de dictadura que tener cualquier contacto con nadie de Fidel», admite. Su postura es una de las más radicales y minoritaria entre los activistas de Miami. Supone, sin embargo, un buen ejemplo del amplio abanico de ideologías que posee el exilio anticastrista. Católicos, judíos, conservadores y liberales, todos ellos saben que sólo la unión les puede ayudar a regresar a la isla. «Por eso estamos especialmente centrados en lo que nos une más que en lo que nos separa, con excepciones como Alpha 66, quienes no se han querido unir a CC», asegura Andro Nosarde-León, de la Fundación Nacional Cubano Americana.