Diario de León

Olmert dejará pasar el fin de semana para ver si el Consejo de Seguridad aprueba una resolución

Israel entra en una ciudad clave del Líbano preparando su ofensiva final La resolución de la ONU dará una semana a Israel para la retirada total Solana se reunirá con los líderes de Oriente Medio

Los dirigentes hebreos afirman que esta incursión no es la invasión masiva aprobada el miércoles

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Eugenio García Gascón - jerusalén e.g.g. | jerusalén
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El ejército israelí entró ayer en la ciudad más importante del sector oriental del sur de Líbano, Maryaoun, y sus tropas operaron desde allí durante todo el día aunque la ciudad no cayó completamente en manos de los soldados. Esta operación se inició de madrugada, apenas unas horas después de que el gobierno de Ehud Olmert aprobara una invasión masiva del sur de Líbano, hasta el río Litani, aunque el Gabinete dejó en manos del primer ministro la decisión de cuándo debe comenzar la ofensiva. Los dirigentes hebreos se apresuraron a decir que la nueva incursión de ayer no era la invasión masiva que el miércoles aprobó el gabinete y que dejarán pasar unos días, hasta después del fin de semana, antes de decidir si inician la invasión o no, en función de lo que ocurra en el Consejo de Seguridad de la ONU. El ministro de Defensa, Amir Peretz, advirtió que es la actividad militar la que puede impulsar la diplomacia y que su país no descarta utilizar «todas las herramientas» que tiene a su disposición para obtener sus objetivos si las negociaciones que se desarrollan en Nueva York no dan ningún fruto. Sin embargo, Peretz agregó que para Israel es importante permitir que trabaje la diplomacia antes de embarcarse en una aventura de consecuencias imprevisibles, puesto que Hezbolá está deseando que entren más tropas en Líbano para multiplicar los ataques contra objetivos israelíes. «En el momento en que las tropas se ponen en marcha para cumplir una misión, tenemos que mirar a los ojos a cada madre, a cada padre, a cada niño, y decirles: Hemos agotado todas las opciones'», dijo Peretz. «En nuestra opinión, la operación militar ha creado un clima diplomático y una nueva situación» que si se traduce en un alto el fuego, Israel lo considerará como una victoria, explicó el ministro de Defensa. Pero en medios militares se criticó la posición del gobierno de autorizar una invasión masiva y al mismo tiempo aplazarla indefinidamente. Los militares argumentan que en esta situación quienes corren más peligro son los soldados que se hallan en Líbano y que no tienen unas órdenes precisas y están a tiro de los milicianos de Hezbolá. Las disensiones no sólo tienen lugar en medios militares sino que afectan también a los políticos. Aunque la inmensa mayoría de los ministros apoyan la continuidad de la guerra, hay tres que insisten en que es necesario dar una oportunidad a la diplomacia. Entre ellos se encuentra Shimon Peres, quien advirtió que 15 muertos israelíes al día es un precio demasiado alto y que la guerra tiene que ser la última opción, a la que se debe recurrir únicamente en el caso de que las negociaciones no fructifiquen. «Ahora es preferible esperar y ver si podemos obtener de Líbano nuestras demandas sin utilizar todo el potencial militar. No debemos apresurarnos a la guerra porque tiene un coste muy alto, tanto entre los soldados como entre los civiles que están sentados en los refugios desde hace un mes», manifestó Peres. Lugar de los combates Los combates tuvieron lugar en las áreas central y oriental del sur de Líbano, incluyendo la zona cristiana, pero no se extendieron más al norte. Israel admitió la muerte de un soldado. En Beirut la aviación hebrea dejó caer millares de octavillas en las que se advierte a la población de tres barrios del sur, habitados por chiíes, que abandonen sus casas y se pongan a resguardo ante la inminencia de bombardeos. En la capital libanesa los cazas destruyeron dos antena de radiotelevisión. En el sur la aviación disparó un misil contra un minibús causando la muerte a una persona y heridas a doce, y en Kafr Tibnit un obús de la artillería mató a un matrimonio que se encontraba en su domicilio. Estados Unidos y Francia continuaron ayer debatiendo el texto de una resolución que las dos partes esperaban presentar ante el Consejo de Seguridad de la ONU anoche mismo para que se pudiera votar ayer por la noche ya que las resoluciones sólo se pueden votar 24 horas después de presentadas formalmente. Fuentes israelíes indicaron que el texto que podría ser presentado ante el Consejo de Seguridad contiene algunos cambios significativos con respecto al primer borrador que redactaron Estados Unidos y Francia, pero sigue siendo aceptable para el Gobierno de Ehud Olmert. Según estas fuentes, Israel dispondría de una semana para retirar a todas sus tropas de Líbano a partir del momento en que se aprobara la resolución y el texto no haría ninguna referencia a la disolución de Hezbolá ni a las Granjas de Sheba, un territorio ocupado por Israel que Líbano reclama como propio. Al margen de la resolución, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, publicaría, en el plazo de 30 días una orden de disolución de las milicias de Hezbolá, una orden que sería efectiva después de la retirada completa de Israel del sur de Líbano. Documento de Hezbolá El texto con el que anoche trabajaban representantes de Estados Unidos y Francia todavía tenía que ser presentado al primer ministro libanés, Fuad Siniora, quien según las fuentes israelíes iba a aceptarlo. Pero la incógnita en la noche de ayer era qué reacción suscitaría el documento en Hezbolá. Su secretario general, Hasan Nasrallah, rechazó frontalmente el primer borrador de resolución aduciendo que «daba a Israel más de lo que Israel pedía». Para Israel el punto más problemático de la nueva resolución es que no se contempla un despliegue de fuerzas internacionales independientes sino de una fuerza que estaría bajo el mandato de la UNFIL, y de la que formarían parte al menos cuatro países entre los que se encontraría España. El alto representante para la Política Exterior de la UE, Javier Solana, inicia hoy una gira de tres días en Oriente Medio en la que prevé entrevistarse con el primer ministro libanés, Fuad Siniora, el israelí, Ehud Olmert, y el presidente palestino Mahmud Abás. Solana abogará en sus entrevistas por «el cese de las hostilidades» entre Israel y el Líbano, y por el «lanzamiento de un proceso para crear el marco político para una solución duradera» a la crisis, según un comunicado de la oficina del Alto Representante. El jefe de la diplomacia comunitaria defenderá la idea de que este proceso debe comenzar «con la adopción en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas de una resolución sobre el cese inmediato de las hostilidades». Aunque la agenda aún no es definitiva, Solana prevé entrevistarse hoy y mañana en Beirut, con Siniora, su ministra de Asuntos Sociales, Nayla Moawad, y el presidente del Parlamento libanés, Nabi Berri, según precisaron fuentes de su gabinete. El domingo, en Jerusalén, el ministro español tiene previsto reunirse con Olmer, así como con sus ministros de Asuntos Exteriores, Tzipi Livni, y Defensa, Amir Peretz. Posteriormente, Javier Solana se desplazará a Ramala, donde se entrevistará con el presidente Abás y el negociador jefe palestino, Saeb Erekat.

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