Diario de León

Decepción tras el anuncio de Francia de que sólo desplegará 200 soldados más a la zona

La ONU avisa a Europa que si no envía tropas al Líbano no habrá paz Irán planta cara a Washington tras la «victoria de Hezbolá»

Israel no dejará que países que no reconocen al estado hebreo integren el contingente

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Óscar Santamaría - corresponsal | washington p.r. | teherán
León

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La ONU pidió ayer a los países europeos que den un paso al frente y se comprometan en firme a aportar tropas para reforzar la actual Fuerza Interina de Naciones Unidas en el Líbano (Finul). El organismo quiere que sean ellos principalmente los que nutran el primer contingente de 3.500 soldados en llegar al sur del Líbano en los próximos 10 días. Lo dijo ayer el secretario general adjunto de la ONU, Mark Malloch Brown. Un día antes, el «número dos» del organismo internacional presidió una reunión con diplomáticos y expertos militares de 50 países para aclarar sus dudas sobre el mandato concreto, las funciones y tareas que tendrá la nueva Finul. La mayor preocupación de los gobiernos es saber si sus soldados participaran en el desarme de Hezbolá o cómo actuarían en caso de que se vieran atrapados en medio de un nuevo rebrote de la violen-cia. La ONU ha insistido en que la fuerza multinacional -que estará formada en total por 15.000 cascos azules- no tendrá un carácter ofensivo, pero sí podrá recurrir a la fuerza para defenderse y hacer cumplir su principal misión: apoyar al Ejército libanés y garantizar una zona libre de armas entre el río Litani y la Línea Azul, la frontera fijada por la ONU entre Líbano e Israel. Veto de Tel Aviv Malloch Brown señaló que de la reunión salieron algunos «compromisos en firme» de países como Indonesia, Malasia, Bangladesh y Nepal. Los europeos se mostraron más cautos y prefirieron volver a sus capitales para seguir analizando la situación. «Lo que queremos es que la fuerza tenga un carácter multinacional para que tenga la confianza de ambas partes». Es decir, que se necesitan más soldados de países europeos para que ésta sea equilibrada y no mayoritariamente musulmana, una posibilidad que sería rechazada por Israel que se ha reservado el derecho a vetar a aquellos gobiernos que considera «no amigos», que no tienen relaciones diplomáticas con Tel Aviv, como Indonesia o que, como Malasia, niegan a Israel el derecho a existir. En este contexto, el alto funcionario acogió con optimismo las promesas hechas por Italia, Finlandia y Alemania (un con-tingente naval). Por otro lado, se espera que España, Bélgica y Dinamarca se decidan en breve. Malloch Brown no dudó en reconocer la «decepción» que causó en la ONU el anuncio de que Francia va a añadir tan solo 200 soldados a los que ya tiene en la zona, por lo que muchos dudan de que sea quien lidere la Finul. Bush lamentó el paso atrás dado por París, que junto con Washington fue artífice de la resolución que contemplaba el despliegue de la fuerza. Malloch Brown señaló que «los próximos días serán vitales» para poder conseguir su objetivo de tener en el terreno a tiempo esta primera avanzada. «La pelota está ahora en el tejado de los países europeos. Cada minuto que nos retrasamos supone un riesgo para que vuelva a resurgir la violencia», dijo. De hecho ayer por la tarde la aviación israelí atacó blancos al este del Líbano. Tel Aviv ya advirtió que, a pesar del alto el fuego, dispararía contra los vehículos sospechosos de llevar armas para Hezbolá. La última polémica en el conflicto del Líbano no tiene que ver con gobiernos, ni con misiles ni con muertos ni con la ONU. Se trata de un vídeo difundido en televisión en el que se ve a soldados libaneses invitando a té a soldados israelíes después de que estos entraran pacíficamente en la fortaleza militar de la localidad libanesa de Maryeyun, devastada port los israelíes. La celebración entre militares de ambos países ha levantado las suspicacias de Hizbulá. El fracaso de la campaña militar israelí para destruir a Hezbolá ha servido en bandeja a Irán un valioso argumento disuasivo frente a las amenazas norteamericanas. No se trata tanto de que Teherán haya empujado a Hezbolá a secuestrar a los dos soldados israelíes y provocar una guerra. Ahora bien, como mínimo Irán ha sacado réditos y no ha tardado nada en utilizar el fracaso de Israel a la hora de destruir los misiles de Hezbolá como una advertencia a EE.UU. e Israel, que se oponen a que posea armas nucleares y amenazan con impedirlo por la fuerza. El mensaje de Irán es muy claro -estimó el analista militar independiente Paul Beaver-: ¡A nosotros que no nos toquen!»

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