Diario de León

La UE acuerda a ser la columna vertebral del contingente al comprometer 7.000 militares

España ofrece a mil legionarios para la fuerza de paz en el Líbano

Los cascos azules no se desplegarán en la frontera con Siria ni se ocuparán del desarme de Hezbolá

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agencias | bruselas / madrid
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Los Veinticinco se comprometieron ayer en Bruselas a aportar cerca de 7.000 soldados en la nueva la Fuerza Interina de la ONU en Líbano (Finul), que tendrá a los europeos como columna vertebral a partir de la contribución de Francia, Italia y España. El contingente español estará integrado por entre 800 a 1.000 militares, según fuentes del Gobierno, aunque las noticias llegadas desde la sede comunitaria aumentaban la contribución de Madrid a entre 1.000 y 1.200. Posiblemente el grueso de la tropa será un batallón de la Bri-gada de la Legión (Brileg), a los que habría que añadir soldados de unidades de apoyo al despliegue y oficiales integrados en los cuarteles generales. En una reunión extraordinaria de ministros de Exteriores de la Unión convocada ayer para tratar la cuestión, los europeos dejaron de lado sus reticencias y se comprometieron ante el secretario general de la ONU, Kofi Annan, para garantizar la tregua entre Israel y la milicia chií del Hezbolá. El alivio se podía leer en muchos rostros. Annan se deshizo en elogios: «Europa muestra solidaridad con el pueblo del Líbano». Garantías El principal punto de conflicto era la falta de precisión del mandato de la nueva Finul, establecida en la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU que permitió lograr a mediados de agosto una frágil tregua entre Israel y Hezbolá tras 34 días de combates. La preocupación de la UE se centraba en las garantías de seguridad para sus soldados, así como en la capacidad de intervención ante determinadas circunstancias, no sólo en cuestiones de autodefensa, sino también de ataques contra civiles. Las garantías brindadas por Annan parecieron conformar a los presentes. «Hay suficientes garantías de autodefensa y capacidad de acción», dijo en ese sentido el ministro español Miguel Ángel Moratinos. Entre las tareas de los cascos azules no estará el control de la frontera con Siria ni el desarme de Hezbolá. El mando se lo repartirán los dos principales contribuyentes: Francia seguirá al mando hasta febrero del 2007, fecha en la cual será reemplazada por Italia. Los Estados miembros de la Unión Europea aportarán en conjunto en torno a la mitad de la fuerza internacional de 15.000 cascos azules que debe garantizar la estabilidad en el sur de Líbano tras la guerra entre Israel y la milicia chií de Hizbulá. A los 2.000 soldados franceses, 3.000 italianos y los 1.000 españoles se sumarán más de 300 de Bélgica, 250 de Finlandia y 500 de Polonia. El Reino Unido no desplegará tropas pero contribuirá a la misión con aviones, helicópteros y una fragata. Grecia, Alemania (reticente a desplegar tropas frente a Israel por el recuerdo del régimen nazi) y Dinamarca (que teme represalias por la crisis de las caricaturas de Mahoma) sólo dará apoyo naval. Antes de comenzar la reunión Annan insistió en que esperaba conseguir todos los efectivos: «No hoy, pero tendré los 15.000». En París y junto a la canciller alemana, Angela Merkel, el presidente Jacques Chirac bajó las expectativas al decir que ese número es «excesivo», pese a que su país ayudó a redactar la resolución que autorizó el despliegue de hasta 15.000 soldados.

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