El ruido de la aspiradora permitió escapar a Natascha Kampusch

La joven Natascha Kampusch secuestrada durante ocho años en un pequeño zulo en la casa de su secuestrados logró escapar este miércoles cuando Wofgang Prilkopil, el hombre que la tenía retenida, ordenó a la joven que le aspirara el coche. La casualidad hizo que en ese momento el secuestrador recibiera una llamada telefónica y como el aspirador hacia demasiado ruido Wofgang decidió separarse unos metros para escuchar mejor, momento que Natasha aprovecho para huir. Cuando Wofgang se dio cuenta que la joven había desaparecido decidió montar en su coche y salir a la calle a buscarla pensando que la encontraría corriendo, sin embargo, Natascha encontró en el jardín de la casa de al lado a una señora a la que pregunto si tenia un periódico de 1998, «yo soy la niña que secuestraron, soy Natascha Kampusch». A pesar del silencio guardado por la policía, quien ha decidido suspender el interrogatorio a la joven hasta el lunes para que descanse, Sabine Freudenberg, la primera agente de la policía que habló con Natascha después de escaparse, comentó que desde su punto de vista la joven había sufrido abusos sexuales, sin embargo, Natascha aseguró que si que había tenido relaciones con el secuestrador pero que estas habían sido voluntarias. Cuando la joven conoció que su secuestrador se había suicidado, comenzó a llorar, lo que da fuerza a la teoría de que Natascha sufre el síndrome de Estocolmo. Natascha Kampusch, después de vivir ocho años encerrada en un zulo, mide 1,60 metros y cuando logró huir pesaba 42 kilos. Por otra parte, las pruebas de ADN realizadas a la joven confirmaron que se trataba de Natascha Kampusch.