Diario de León
Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

Cinco días después de huir de su secuestrador Natascha Kampusch se ha dirigido con una carta abierta a la opinión pública austríaca e internacional, en la que cuenta cómo vivio durante el cautiverio y lo que está viviendo. «¡Estimados periodistas, reporteros, estimada opinión pública!, Soy consciente de la poderosa impresión que les han debido provocar los acontecimientos de los últimos días. Puedo fácilmente imaginar cómo estarán conmocionados y alarmados mentalmente sobre que algo semejante pueda ser posible. Aparte, soy consciente de que muestran una curiosidad hacia mí y que quieren, por supuesto, saber más detalles sobre las condiciones en las cuales viví. Quiero asegurarles por adelantado que no quiero responder ni responderé a ninguna pregunta sobre intimidades o detalles personales. Castigaré personalmente cualquier tipo de intento de atravesar esa frontera, sea quién sea la persona que la trasgreda. Aquel que lo intente se puede ir preparando. He crecido como una joven chica con intereses en la educación y también con necesidades humanas. El recinto donde vivía estaba adecuadamente equipado. Era mío y no estaba destinado a ser mostrado al público. Estaba regulada. La mayoría de las veces había un desayuno conjunto, ya que él casi nunca trabajaba, yo hacía las labores del hogar, lectura, televisión, hablábamos, cocinaba. Así fue durante años, todo con el temor a quedarme sola. No era mi amo y señor. Yo era igual de fuerte. Me mimaba y al mismo tiempo me pisoteaba. Pero no podía conmigo y eso él lo sabía. El secuestro lo organizó él solo, todo estaba preparado ya. Después acomodamos juntos el recinto y medía más de un metro sesenta de alto. Por cierto, que después de huir no he llorado. No había motivo de sentirme infeliz. A mi modo de ver, su muerte no era necesaria. No se habría hundido el mundo si le hubiesen castigado. Era parte de mi vida. Por eso, en cierto modo estoy afligida por su muerte. Naturalmente, es cierto que mi juventud ha sido diferente de la de muchos otros, pero en principio no tengo la sensación de que me haya faltado nada. Me he ahorrado un montón de cosas, por ejemplo no he empezado a fumar ni a beber y no he tenido amigos malos. Lo único que quiero de la prensa es que me deje en paz de las eternas calumnias, las interpretaciones equivocadas, los sabelotodos y la falta de respeto hacia mi persona. Actualmente me siento bien donde estoy, quizás un poco bajo tutela. Pero yo he decidido contactar con mi familia sólo por teléfono. Yo decidiré por cuenta propia cuando contactaré a los periodistas. Sobre mi fuga: cuando tenía que limpiar y pasar la aspiradora al automóvil, él se alejó mientras la aspiradora hacía ruido. Esa fue mi oportunidad: Dejé simplemente en marcha la aspiradora. Por cierto, nunca lo llamé «amo y señor», aunque él así lo quería. Si bien creo que él lo quería, que lo llamara así, pero no lo pretendía realmente en serio. Todos quieren siempre hacer preguntas íntimas, que no incumben a nadie. Quizás alguna vez lo cuente a una terapeuta».

tracking