Sarkozy propone un servicio cívico obligatorio para los jóvenes franceses

El presidente del partido conservador gobernante UMP, Nicolas Sarkozy, favorito de la derecha para optar a la presidencia de Francia, propuso ayer cuatro «revoluciones» y cinco «nuevos derechos» como parte de su proyecto para conquistar el Elíseo dentro de ocho meses. Sarkozy preconizó la creación de un «servicio cívico» obligatorio para los jóvenes de entre 18 y 30 años, que deberán dedicar seis meses de su vida a un trabajo de interés general, en Francia o en el extranjero. Además propuso el derecho a la «excelencia educativa», que implica un aumento de la exigencia a los estudiantes, a la formación continua durante toda la vida, a la «escuela de la segunda oportunidad», a una primera experiencia profesional y a la creación. Con estas propuestas que persiguen instaurar la «República del mérito», espera que la cultura del esfuerzo incite a los jóvenes a superarse. Dentro de sus revoluciones para salvar a un planeta «que se asfixia», defendió la creación de un derecho internacional del medio ambiente que esté al mismo nivel que el derecho al libre comercio y propuso que «el desarrollo sostenible sea un criterio de todas las políticas públicas». También abogó por reformar la fiscalidad para gravar la contaminación en lugar del trabajo y responsabilizar a las grandes empresas de los delitos ecológicos que cometan sus filiales. En la clausura de la universidad de verano de las jventudes de su partido en Marsella, el también ministro del Interior propuso «revalorizar el trabajo para reinventar la República». Para integrar a los jóvenes que se sienten excluidos, Sarkozy reiteró su idea de la «discriminación positiva». «Francia es vuestro país, vuestra nación, vuestra patria y no tenéis otra incluso si vuestros padres o abuelos vinieron de fuera», aseguró en un mensaje a los jóvenes de origen inmigrante, señalados como los protagonistas de las revueltas de los barrios conflictivos de las grandes ciudades hace casi un año. En medio de los aplausos, les dijo que «no se cambia el mundo quemando el coche del vecino, sino construyendo». El presidente de la UMP reservó los dardos de sus críticas a los socialistas y no hizo referencias a sus posibles rivales dentro del partido, en una muestra de que su candidatura es cada día menos contestada en su formación. Arropado por muchos de sus colegas del Gobierno y figuras de su partido y en presencia del famoso roquero Johnny Hallyday, otrora convencido chiraquiano, el líder de la UMP hizo referencia a todos los presidentes de la V República, salvo a Jacques Chirac.