| Análisis | El conflicto libanés |
Interpelaciones
«Respondedme a esta pre-gunta, por favor. ¿Cuándo matas a cien civiles inocentes y a un terrorista, ganas o pierdes la guerra contra el terrorismo?» Quien hace esta pregunta es John Le Carré, el famoso escritor inglés, desde la portada del diario Le Monde . Y prosigue: «Es verdad que podéis alegar que ese terrorista muerto podría, a su vez, matar a cientos, miles de personas... Entonces se plantea otra cuestión: Si matando a cien personas inocentes, se provoca la emergencia futura de cinco nuevos terroristas y se les proporciona una base de ayuda y sostén, ¿estáis proporcionando una ventaja a vuestras próximas generaciones, u os estáis creando el enemigo que os merecéis?» No he podido disociar las preguntas de Le Carré de lo que me dijo, en plena campaña israelí sobre el Líbano, mi amiga Nayla, periodista libanesa de France Presse , en Beirut. «Se están creando las condiciones para que tengamos terroristas los próximos 20 años». Reconstrucción El Líbano se halla en la peculiar situación de tener que reconstruirse, mientras todavía se hallaba en pleno proceso de ponerse en pie tras la larga guerra civil que asoló el país desde 1975 a 1989. Rami Juri, editoria-lista del periódico libanés Daily Star , también hace uso de los interrogantes. «¿Será diferente esta vez, y no nos veremos abocados a otra guerra dentro de unos años? ¿Se conseguirá un balance político entre los 18 grupos y confesiones que traiga la estabilidad?» Un profesor de la Universidad Americana de Beirut, Samir Makdisi, intenta articular una respuesta para Juri: «Una lección de esta guerra es que el Líbano no puede estar siempre a merced de las potencias extranjeras, so pena de volver a vernos enfrascados en otra guerra civil. Irak es un triste ejemplo de lo que pasa cuando se imponen soluciones desde fuera». «¿Qué tiene que hacer ahora Líbano, toda vez que la reconstrucción vuelve a definir nuestra tierra una vez más?», le pregunta Juri a Makdisi. «Nuestra respuesta debería ser un mayor esfuerzo para controlar nuestro sistema sectario, a corto plazo. De modo que a largo plazo se dirija hacia un sistema político verdaderamente secular, democrático», afirma Makdisi. Enemigo natural Desde el otro lado, en Israel, el artículo más destacado es una vez más el Shlomo Ben Ami, en el diario Haaretz. «La cuestión hoy no es cuándo Irán va a convertirse en una potencia nuclear, sino cómo se puede integrar en una política de estabilidad regional, cara a cara tanto con Israel como con los estados árabes suníes. Los suníes son su enemigo natural, no Israel. La respuesta a la amenaza iraní es una política de contención capaz de cambiar el código de conducta de las élites iraníes». La tesis de Ben Ami es que solo una paz entre israelíes y palestinos puede poner el punto final a las ambiciones nucleares iraníes. Interpelaciones. Nada más opuesto a los totalitarismos que las dudas. Nada más lejos del progreso que las preguntas retóricas. Un puñado de intelectuales prestigiosos se han atrevido esta semana a hacerse preguntas, a elaborar respuestas.