Shinawatra, un hombre autoritario que provocó la división del país

El primer ministro tailandés Thaksin Shinawatra, ha dirigido Tailandia desde el 2001 como un patrón con mano férrea, pero su estilo generó divisiones entre la población. Desde hace unas semanas, sus adversarios, muchos de ellos miembros de las elites capitalinas, llevaban a cabo una campaña para destronarlo del poder. El pasado 25 de agosto, Thaksin acusó a oficiales del ejército de haber intentado atentar contra su vida. El día anterior se había encontrado un coche atestado de explosivos cerca de su residencia. Enérgico, ambicioso y con gran autoestima, este tailandés de 57 años, de origen chino, es la encarnación del «sueño norteamericano». Antes de convertirse en el hombre más rico de Tailandia, y más tarde en un primer ministro que se sucede a sí mismo, Thaksin trabajó, entre otras cosas, de policía y poco a poco fue subiendo peldaños. Con un doctorado en derecho penal de una universidad estadounidense en el bolsillo, a los 30 años empezó a sentirse oprimido en una policía «demasiado burocrática» y se lanzó a los negocios, donde sufrió en varias ocasiones estrepitosos fracasos. Construyó en varios años un imperio de teléfonos móviles y vía satélite, con su grupo Shinawatra. Poco importan sus posteriores tres pasos breves y poco convincentes en el gobierno, porque él ya había decidido que sería primer ministro. Con esta idea en mente, fundó el partido Thai Rak Thai, una máquina de guerra con enormes medios financieros con la que se lanzó a la conquista de Tailandia. Logró seducir a su población,obteniendo una victoria aplastante en las elecciones de 2001. Decidió gobernar el país de la misma manera que un director general dirige una empresa. No temía caer en el populismo y mimaba a los campesinos. En el 2005 repitió la victoria.