Soldados españoles repelen un ataque insurgente en Afganistán

Una patrulla de soldados españoles tuvo que repeler a tiros, en la noche del jueves, los disparos realizados por cuatro desconocidos, probablemente miembros de un grupo insurgente, contra un control de la policía afgana al que los militares prestaban apoyo, en la región de Badghis, al noroeste de Afganistán. Ningún soldado español o policía afgano resultó herido en el tiroteo, durante el que recibió un disparo en un brazo uno de los asaltantes, que está fuera de peligro. Según informó el Ministerio de Defensa, el suceso ocurrió sobre las 23.55, hora local (dos horas y media más en España), en el distrito de Ghormach donde España tiene desplegado un Equipo de Reconstrucción Provincial (PRT). Los soldados colaboraban con la policía afgana en la llamada operación Trueno , con la que las autoridades leales al gobierno de Kabul intentan acabar con los movimientos de personal armado por la zona. Ese operativo forma parte de un plan mayor para desarmar a las facciones que escapan al control gubernamental y requisar su material bélico, al que las tropas internacionales prestan asistencia en tareas de seguridad y control. El tiroteo comenzó cuando los policías afganos que dirigían el dispositivo dieron el alto a cuatro hombres que viajaban en dos motocicletas, quienes de inmediato respondieron con disparos de fusil a sus indicaciones. A su vez, la policía y las fuerzas del PRT español repelieron la agresión con su armas, y uno de los insurgentes resultó herido leve de bala en un brazo. Los otros tres huyeron en las motos y no han sido detenidos. Investigaciones abiertas El herido fue atendido por médicos militares españoles, después quedó detenido y fue llevado a la capital del distrito de Ghormach, donde fue puesto a disposición judicial. La policía afgana y los mandos del contingente han abierto sendas investigaciones para tratar de aclarar quién está detrás de esta agresión, la cuarta que sufren los soldados españoles en apenas dos meses y medio. La degradación de las condiciones de seguridad y la proliferación de grupos armados han provocado que en los últimos meses se hayan multiplicado por todo Afganistán los ataques contra las Otan, que ha asumido el control de las operaciones. Hace cuatro días, un artefacto explosivo estalló sin causar heridos al sur de la ciudad de Farah, en el suroeste, al paso de una patrulla española de la Fuerza de Reacción Rápida (QRF). Ese mismo día, otro ataque con explosivos mató en Kandahar a cuatro soldados canadienses. También unos treinta kilómetros al sur de Farah un grupo de agentes del CNI fueron tiroteados con armas ligeras por individuos sin identificar el pasado 14 de agosto, sin que hubiera heridos. Menos suerte tuvo el soldado paracaidista Jorge Arnaldo Hernández Seminario, muerto en la misma zona el 8 de julio al estallar una mina anticarro en una zona de paso obligado para su patrulla. El ministro de Defensa, José Antonio Alonso, calificó de «atentado premeditado» esta acción, que hirió a otros cuatro militares.