Diario de León

El convoy, con 29 personas, y a 200 kilómetros por hora, impactó con un vagón de limpieza

Al menos 25 muertos al chocar el tren magnético alemán en pruebas

La fiscalía habla de fallo humano, al que se podría añadir un error por la falta de comunicación radial

Bomberos y equipos de salvamento tratan de recuperar los cuerpos de las víctimas del Transrapid

Bomberos y equipos de salvamento tratan de recuperar los cuerpos de las víctimas del Transrapid

Publicado por
Úrsula Moreno - corresponsal | berlín
León

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El tren de suspensión magné-tica, una de las grandes obras que ha creado la ingeniería alemana, se convirtió ayer en sinónimo de tragedia. Se trata del peor accidente de su historia, ocurrido en un tramo de pruebas en el oeste de Alemania, que se saldó con la muerte de al menos 23 personas. A última hora de ayer los equipos de rescate habían logrado salvar a una decena de heridos. El Transrapid, que llevaba a 29 personas, se estrelló contra un vagón de servicio técnico a una velocidad de casi 200 kilómetros hora. El choque, que se produjo en la localidad de Lathen, cerca de la frontera holandesa, ofrecía un cuadro impresionante: la plataforma literalmente empotrada sobre el tejado del tren, y todo esto a una altura de cuatro metros, ya que las vías de este tramo se elevan durante más de 30 kilómetros. Búsqueda dificil La búsqueda de los cadáveres se tornaba en una tarea ardua difícil, a medida que se hacía imprescindible la presencia de los helicópteros y las grúas. La fiscalía de la localidad de Osnabrück aludía ayer a un «fallo humano», al que se podría haber sumado además un «error técnico», como por ejemplo pudo ser la falta de comunicación radiada. Los dos trabajadores que estaban en la plataforma ayer por la mañana intentaban librar las vías de ramas. El tren de suspensión magnética (se diferencia del de alta velocidad en que levita con imanes a varios centímetros de las vías) debía haber esperado. De «suerte» hablaban ayer los políticos que, como la canciller alemana Angela Merkel, acudieron al lugar de la tragedia, ya que el tren transportaba menos pasajeros de lo normal. Intentaban minimizar el daño que ha sufrido ahora uno de sus proyectos punteros que Alemania ha vendido a China. Este tren que, gracias a la ausencia de rozamiento, alcanza más de 400 kilómetros por hora, no ha salido en Alemania de su fase de pruebas pese a los 20 años que lleva en las vías. Hace años que se debate la posibilidad de construir uno fuera de Múnich o de unir ciudades como Berlín y Hamburgo. Pero es caro y poco rentable, dicen los detractores de este modelo de tren. Fuera del país de origen, ya son más de medio millón las personas que conocen la velocidad del Transrapid. En China presumen de los 30 kilómetros que enlazan el aeropuerto de Shangái con el casco urbano, desde hace 22 años. El terrible suceso de ayer obligó al ministro de Transportes alemán, Wolfgang Tiefensee, a volver de China, a donde había viajado para negociar la construcción de un nuevo tramo de 170 kilómetros entre Shangái y Hangzhou (China), que uniría a las dos ciudades en 27 minutos.

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