La posibilidad de supervivientes es «casi inexistente»
Las autoridades brasileñas admitieron ayer que había pocas posibilidades de encontrar supervivientes entre los restos del Boeing 737-800 de la aerolínea Gol que se estrelló el viernes en una zona selvática del estado de Mato Grosso con 155 personas a abordo. Los restos de la aeronave, que partió el viernes del aeropuerto de Manaos y se dirigía a Río de Janeiro, con escala en Brasilia, fueron avistados ayer desde el aire cerca de dos reservas indígenas a unos 30 kilómetros del municipio de Peixoto de Azevedo, en el norte de Mato Grosso. Según el brigadier José Carlos Pereira, presidente de Infraero, la empresa estatal que administra los aeropuertos del país, la primera impresión que se tiene es de que el avión cayó en vertical tras un aparente choque en pleno vuelo con otra aeronave menor, y es poco probable que se encuentren supervivientes. «Basado en mi experiencia diría que es muy difícil que alguien haya sobrevivido con un impacto como este», afirmó Pereira en rueda de prensa en Brasilia. El Boeing 737-800 de última generación de Gol, que tenía sólo 200 horas de vuelo, llevaba 149 pasajeros y seis tripulantes. La aerolínea, que opera en el segmento de «bajos costes, bajas tarifas», emitió un comunicado en el que asegura estar «profundamente conmovida» por el accidente. Según las autoridades brasileñas, la caída de la aeronave de Gol al parecer fue consecuencia de un choque con un avión ejecutivo Legacy que se dirigía hacia Estados Unidos con siete personas a bordo.