Los sondeos, hechos antes de los disturbios, dan el triunfo electoral a la derecha
El líder húngaro mide hoy en las urnas el peso de sus mentiras
La oposición quiere hacer de las municipales un referéndum sobre el primer ministro
Las elecciones municipales de hoy en Hungría significarán una prueba política para el primer ministro socialista, Ferenc Gyurcsany, blanco de una protesta popular desde que hace dos semanas confesó haber mentido a los húngaros sobre la situación económica del país. La oposición de derecha quiere convertir estos comicios en un referéndum sobre la gestión de Gyurcsany y advierte que en caso de derrota de la coalición socialista-liberal pedirá su dimisión. El primer ministro, convencido de que limitará los daños, rechazó de antemano la posibilidad de una renuncia. Pero un resultado negativo de los candidatos de los partidos mayoritarios representaría un revés político considerable. El jueves por la noche unas 2.000 personas se congregaron de nuevo ante el Parlamento de Budapest para exigir su dimisión, en el duodécimo día de un movimiento que llegó a reunir más de 20.000 manifestantes que protestaban por sus mentiras. Los resultados de las encuestas no son demasiado fiables ya que fueron realizadas antes de las protestas. Los últimos sondeos otorgaban 12 puntos de ventaja a Fidesz, el principal partido de la oposición.