El Partido de los Trabajadores impugnará la candidatura del candidato socialdemócrata
Lula será el candidato más votado hoy en las urnas pese a la corrupción
La esperanza de la oposición es que logre menos del 50% y se vaya a otra ronda electoral
Los escándalos de corrupción están más presentes que nunca estos días en Brasil. Los medios, la mayoría hostiles a Lula, no paran de bombardear con crónicas e imágenes sobre los 1,7 millones de reales (640.000 euros) en efectivo encontrados el 15 de septiembre en un hotel de São Paulo en posesión de dos miembros del comité de campaña de Lula, que fueron detenidos. La policía investiga el origen del dinero, que supuestamente debía servir para financiar la campaña del mandatario, y la compra de un dosier contra el candidato del opositor PSDB a gobernador del estado de São Paulo, José Serra. Impugnar la candidatura El Partido de los Trabajadores (PT) ha anunciado que podría impugnar la candidatura del candidato del PSDB, Geraldo Alckmin, argumentando que se está jugando sucio y usando ese enésimo episodio de corrupción sin base jurídica. A pesar de ello, no parece que esos escándalos afecten mucho la intención de voto de los 126 millones de brasileños que hoy ejercerán ese derecho. Con el 53% según la última encuesta, Lula depende del voto que le robe la izquierdista Heloísa Helena para saber si necesitará de una segunda vuelta frente a Geraldo Alckmin. Si Lula gana, deberá enfrentar el desafío de la gobernabilidad, con un PT en crisis y sin mayoría en el Congreso. El mandatario quiere formar un gobierno de coalición con el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB, centro), del ex presidente José Sarney (1985-90), a condición de que esta fuerza atomizada entre caudillos regionales le asegure un apoyo sólido.