Diario de León

El presidente opta por cambiar de estrategia tras sus errores durante la campaña electoral

La corrupción pasa factura a Lula y aupa al líder socialdemócrata

Los analistas brasileños no descartan que Alckmin dé la sorpresa en la segunda vuelta

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Robert Mur - enviado especial | sao paulo
León

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El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, recibió el domingo una cura de humildad. A pesar de haber sido el candidato más votado en las elecciones presidenciales, el líder del Partido de los Trabajadores (PT) no preveía tener que someterse a una segunda vuelta para seguir gobernando. Sin embargo, los brasileños dijeron lo contrario, y esto está siendo tomado muy en cuenta por él y por su equipo. Para empezar, Lula acudirá el domingo a un debate televisivo con su contrincante en la segunda vuelta del 29 de octubre, el candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), Geraldo Alckmin. Durante la campaña, Lula no acudió a ninguno de las dos citas planificadas con sus rivales, lo que le granjeó fuertes críticas. Esa actitud altiva también la tuvo con la prensa, ya que el mandatario, a pesar de haber concedido algunas entrevistas individuales, nunca se sometió a una rueda de prensa, como hizo ayer. De hecho, quedó claro que su comité de campaña se descolocó el domingo, pues durante la noche electoral no compareció ni ante sus segui-dores ni ante la prensa, como es habitual en estas ocasiones. Optimismo de Alckmin En cambio, quien sí salió a celebrar la noche electoral, aunque de manera discreta, fue Alckmin. «Voy para la segunda vuelta con grandes posibilidades de ganar la elección», dijo el candidato socialdemócrata pasada la una de la madrugada -hora local-, justo después de confirmarse que Lula no conseguiría la mayoría absoluta. El líder del PT se quedó con el 48,6% de los votos, mientras que Alckmin alcanzó el 41,6%. Es evidente que los casos de corrupción influyeron en el resultado. En las encuestas previas, Lula llegó a tener un 55% de la intención de voto, mientras que Alckmin nunca superó el 35%. El bombardeo mediático de la semana pasada sobre el enésimo caso de corrupción -los 640.000 euros de origen desconocido hallados en poder de dos miembros de la campaña lulista-, surtió su efecto. Se prevé que la campaña por la segunda vuelta sea todavía mucho más descarnada, y que el PSDB airee todos los escándalos que pueda. Los votos del tercer y cuarto candidatos más votados, Heloísa Helena Lima (6,85%) y Cristovam Buarque (2,64%) ya están siendo disputados por PT y PSDB. De momento, Heloísa ya ha dado libertad a sus votantes. Por su parte, Buarque aseguró que «analizará la situación y en segunda vuelta la gente valorará cuál de las opciones puede sernos menos perjudicial». Los analistas opinan que Alckmin está subiendo con ímpetu y tiene posibilidades de ganar la segunda vuelta de las elecciones. En cuanto a las legislativas, ni la Cámara de Diputados ni el Senado han cambiado sustancialmente. En la primera, teniendo en cuenta el descenso de Lula, se puede decir que el PT sale fortalecido, ya que ha logrado ganar dos diputados, y pasa de 81 a 83. En el Senado, el PT seguirá sin tener mayoría. También en las elecciones regionales el PT sale ganando. Continúa gobernando cuatro estados, pero con mayor peso. Ha perdido Mato Grosso do Sul, un estado con poca población, pero gobernará Bahía.

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