Diario de León

Las potencias alcanzan un consenso en la ONU para imponerle algunas sanciones

Corea del Norte exige hablar con EE.UU. para evitar la guerra nuclear

Washington pone en duda el carácter atómico de la prueba, pero aboga por la dureza El pulso norcoreano

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agencias | seúl / nueva york
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Un día después de anunciar una prueba nuclear subterránea, Corea del Norte exigió ayer a Estados Unidos un diálogo bilateral para evitar un futuro conflicto atómico. Quiere hablar directamente con Washington y obtener el compromiso estadounidense de que no tratará de derrocar al Gobierno de Kim Jong Il. «Queremos que esta situación concluya antes de que se dé la infeliz posibilidad de que tengamos que disparar misiles nucleares, y esto depende de cómo actúe Estados Unidos», dijo un diplomático norcoreano a las agencias de noticias surcoreana y japonesa. El portavoz agregó que su país «está deseando abandonar sus armas nucleares y volver a las conversaciones a seis bandas en cualquier momento, siempre y cuando EE.UU. tome las medidas oportunas», en referencia a dar seguridad de supervivencia al régimen. Esas conversaciones, en las que participaban ambas Coreas, EE.UU., China, Japón y Rusia, están estancadas desde noviembre pasado debido al boicot de Pyongyang, que para volver al diálogo pide la retirada de las sanciones financieras impuestas por Washington contra firmas norcoreanas acusadas de lavar dinero. Acercamiento chino Pero Estados Unidos no parece dispuesto a ceder y busca la imposición de sanciones duras contra el régimen norcoreano. El embajador estadounidense John Bolton salió ayer de la reunión del Consejo de Seguridad con renovadas dosis de optimismo, tras obtener el apoyo de China para aprobar sanciones. El gigante asiático, que mantiene importantes lazos comerciales con el gobierno de Pyongyang, había sido hasta ahora su mayor defensor en la ONU y el principal obstáculo para apretarle las tuercas. «Necesitamos una respuesta firme y constructiva pero prudente», matizó el representante de Pekín en la ONU Wang Guangya. En su país natal, el ministro de Asuntos Exteriores Liu Jianchao precisó que las acciones militares contra Corea del Norte «serían inimaginables». El presidente Hu Jintao insistió en que la crisis debe solucionarse a través del diálogo y pidió a los actores internacionales que «eviten acciones que puedan llevar a una escalada de la violencia o a una pérdida de control». Este capítulo autoriza la imposición de sanciones económicas y diplomáticas, así como también el uso de la fuerza. Mientras el Consejo de Seguridad debate su reacción al desafío norcoreano, Pyongyang ha reclamado dialogar de forma bilateral con Estados Unidos para evitar que la crisis desatada por su prueba nuclear acabe en un conflicto abierto. En la misma línea se había pronunciado el Gobierno ruso, pero nada de eso afecta a los planes estadounidenses, que según Bolton mantiene la opción militar sobre la mesa «porque Corea del Norte necesita saber que está ahí». Dudas Además, la Casa Blanca intentó plantear dudas sobre la fortaleza del programa nuclear de Corea del Norte y buscó desestimar el significado de su prueba atómica. De hecho puso en duda que el del lunes fuera un ensayo nuclear realmente, dado el pequeño tamaño de la explosión. Los servicios de inteligencia norteamericanos creen que pudo ser inferior a un kilotón, es decir, quince veces inferior a la que se produjo en Hiroshima. Bush duda incluso de que se tratase de una explosión nuclear, y aventura que por lo menos fue parcialmente fallida. Así lo recogían ayer dos periódicos estadounidenses, The New York Times y The Washington Pos t, basándose en las confidencias de sus fuentes gubernamentales y en testimonios de analistas privados. El propio Tony Snow, portavoz de la Casa Blanca, dejó caer la sospecha cuando preguntó a los periodistas si de verdad creían que los científicos coreanos podían haber avanzado tanto en los dos años transcurridos desde la partida de los inspectores de la ONU. Y aunque los expertos de todo el mundo siguen analizando las muestras recogidas en la zona, la Casa Blanca advierte que puede que nunca se sepa con certeza lo ocurrido. No es que eso cambie la situa-ción. «La región estará mejor si nadie tiene que preocuparse de si Corea del Norte tiene o no armas nucleares», comentó Snow.

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