¿Prueba superada?

Como la lluvia radiactiva de una explosión nuclear, poco a poco se van depositando las consecuencias de la prueba atómica norcoreana, la diferencia es que son un poco mejores de lo esperado. Desde la semana pasada se han aclarado algunas cosas. Lo primero, no parece que vaya a haber carrera de armamentos en Asia. El primer ministro Shinzo Abe ya ha descartado la «nuclearización» de Japón. En cuanto a la otra incógnita, la reac-ción de China, ha sido la esperable: ha dado luz verde a una resolución de sanciones contra Corea del Norte, pero quiere asegurarse de que éstas ni hagan caer al régimen de Pyongyang ni empobrezcan tanto a la población norcoreana que se produzca una nueva oleada catastrófica de refugiados. Eran estas reservas las que hacían que la resolución de la ONU siguiese a primera hora de la tarde de ayer sobre la mesa del Consejo de Seguridad. Algunos de sus puntos son simbólicos, como la prohibición de exportar a Corea del Norte bienes de lujo (se pretende así enviar el mensaje de que las sanciones van destinadas a la élite gubernamental y no al pueblo). La clave está en el embargo de tecnología de misiles y, sobre todo, en la inspección del tráfico marítimo norcoreano, que EE.UU. podría convertir en un bloqueo si lo utiliza de manera rigurosa. Esto volvería a hacer flotar el fantasma de la hambruna y de ahí la desconfianza de los chinos. Alivio de Estados Unidos Pero al mismo tiempo se percibe una cierta sensación de alivio en Washing-ton. Tras el desconcierto inicial parece claro que la prueba nuclear norcoreana ha sido un fracaso, aunque todavía no está claro del todo. Japón y Corea del Sur dicen no detectar radiactividad en la zona (aunque ahora son los norteamericanos quienes dicen haber medido una pequeña cantidad). En todo caso, la explosión no ha pasado de un kilotón. Aunque hay precedentes de pruebas nucleares de poca potencia, lo normal para un «debut» nuclear serían al me-nos 20 kilotones (Pakistán se estrenó con 40). Si a esto sumamos el fallo de su misil balístico en julio (estalló a los pocos minutos de despegar) hay que pensar que Pyongyang está todavía bastante lejos de dominar la tecnología que le permitiría realmente lanzar un ataque nuclear. Esto deja un margen considerable para que actúe la diplomacia, y es por ello que Rusia y China insistían ayer en dar un carácter provisional a las sanciones, que se retirarían si Corea del Norte aceptase volver a la mesa a seis bandas.