Cumbreen laMecasobre Irak

En pleno mes sagrado del Ramadán, ayer, día santo para los musulmanes, todos los representantes espirituales iraquíes han celebrado una histórica cumbre en La Meca, Arabia Saudí, buscando un rayo de esperanza que ponga fin a la sangría en la antigua Mesopotamia. El principal objetivo del encuentro es que los sunníes, sobre el 30 por ciento de la población del país, vuelvan a participar en el proceso po-lítico, ahora en manos de los chiíes, más del 50 por ciento, apartados del poder, y hasta perseguidos, por Sadam Husein. La última oleada de violencia en Irak ha llevado a los analistas a establecer paralelismos con la guerra de Vietman, y con la crisis del canal de Suez. Vietnam, para los norteamericanos; Suez para sus aliados británicos. Vietnam, porque llevó a la destitución del presidente Lyndon Johnson de forma humillante, como ahora, se presume, puede suponer un varapalo electoral en noviembre para el presidente George W. Bush, y su partido republicano. Los primeros 15 días de octubre, con 70 soldados muertos, es el récord absoluto desde la ocupación de Irak. Suez, porque Tony Blair, lo mismo que su antecesor Anthony Eden, no podrá disfrutar de un día sin que le sea recordado. La retirada de Irak no es solo un tema de debate en la prensa. El informe de un político próximo a los Bush, James Baker, pidiendo la división en tres del territorio, y las valoraciones del portavoz norteamericano en Irak, Caldwell, y del Jefe del Estado Mayor británico, Dannatt, recomendando cambios de estrategia y retirada, respectivamente, no hacen sino subrayar la derrota. De acuerdo con los organizadores, la cumbre iraquí de ayer, auspiciada por el rey saudí, busca acabar con el derramamiento de sangre y proteger la unidad de Irak y de sus confesiones El encuentro finalizó al co-menzar la noche más sagrada del año musulmán, Lailat al-Qadr, cuando el Corán le fue revelado por Dios a Mahoma. Los iraquíes también tienen derecho, aunque no lo parezca, a un rayo de optimismo... Al Qaida mediante