| En directo |
Un masaje para esperar a Putin
Por si las reservas de gas y petróleo no fueran suficientes para garantizar su estrellato, el presidente ruso, Vladimir Putin, se plantó ayer en la cumbre de Bruselas como el gran protagonista de la velada gracias a unas insólitas declaraciones a micrófono cerrado en las que, hace unos días, se declaró ferviente admirador del presidente de Israel, Moshe Katzav, acusado de violar, abusar y acosar a varias colaboradoras. «Salúdale de mi parte. !Que machote! !Violar a una decena de mujeres! !Qué envidia!», le espetó al primer ministro israelí, Ehud Olmert, durante una reunión en Moscú. En Finlandia, país que ocupa desde hace anos el penúltimo puesto en el ránking mundial de corrupción que elabora la oenege Transparencia Internacional, unas declaraciones como esas le hubiesen costado a cualquier político su carrera, el desprecio de sus conciudadanos y, probablemente, una demanda judicial. Pero ayer Putin, que gobierna el estado mas corrupto del mundo, según ese mismo listado, se paseo por la cumbre sin que nadie osara afearle la conducta. «No he tenido oportunidad de leer sobre eso, pero, sinceramente, resulta difícil de creer», declaro el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en línea con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, quien se quedo livido cuando le preguntaron si no le producía repulsión sentarse a la mesa a cenar con Putin. Al cierre de esta edición, muchos periodistas acreditados para esta cumbre aguardaban la rueda de prensa de cierre del evento con la unica intención de preguntar a Putin por la preocupante situación de la libertad de expresión y los derechos humanos en su país. Afortunadamente para ellos, la Presidencia finlandesa había dispuesto en la zona destinada a la prensa un pequeño gimnasio con sauna, una veintena de cómodos pufs y mullidos sofas y, por si no fuera suficiente contra el estrés, un servicio de masajes gratis a cargo de una eficaz pareja de fisioterapeutas.